Lo menos de lo más.

Aquí medio mundo habla algunas palabras en español porque hasta el emigrante más pobre venido de Europa, Asia, Oceanía y África tiene empleados latinos en sus casas. Somos ya lo he repetido en cantidad de ocasiones: los parias de los parias. Generalmente el español que hablan los delata inmediatamente: hola amigo, mi casa es su casa, viva México, cerveza, macho man, aquí, arreglar aquí, limpia aquí, no dinero, no permiso, no problema. Para ellos todos los hombres son Juan y todas las mujeres Marías. Todos y todas somos de México, no importa si decís el nombre de tu país siempre…

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Un mate y un vino tinto.

Quisiera, cuánto quisiera compartir un vino tinto, un mate y un atardecer, como tantas veces lo dijimos que si lo permitía el destino lo íbamos a hacer. ¿Qué destino es este que de tajo se robó el tiempo? Ingratas circunstancias te despediste tiernamente y me dejaste aquí enamorada de tu voz. De tus ojos de cielos desnudos de verano argentino, de tus manos ajadas que guiaron mi caminar de patoja recién emigrada que condenaba su adversidad. Me dejaste habitada de vos, colmada de tu encanto. Tu ojos que me vieron entre la multitud de la diáspora, tu corazón que escuchó…

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Oficio de mucama.

Cuánto he aprendido lavando baños, sacudiendo muebles, doblando ropa, limpiando cocinas con gabinetes de madera africana, butacas italianas. Cristal alemán. Sábanas francesas. He tenido el privilegio en esta vida de haber nacido y crecido en la miseria económica y he llegado a este país a trabajar en el sector del Estado más exclusivo en donde viven las familias millonarias: dos realidades puestas en mis manos, ambas las he vivido y respirado desde mi invisibilidad. Cuánto se aprende de la vida siendo invisible. La felicidad es tan fugaz que ni siquiera da tiempo de festejarla, no llega ni a un suspiro,…

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Ellas son.

Las mutantes vidas cortadas El recuerdo lejano La voz que se fue La melancólica separación El retorno postergado El desconsuelo quedado, El abrazo guardado Son las que se encaminan En noches y en neblinas Con un equipaje de desolación Atado al nudo en la garganta Al dolor en la espalda Son las que abordan Sin pasaje en mano En un desvarío de circunstancias Que las obliga Son las vulnerables Y violentadas Las almas perturbadas Las heridas sin cerrar Son los pies que avanzan En suelos extraños Las manos que edifican Los ojos cansados de llorar El sueño que nunca duerme…

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Amanece.

Lerdo amanece el día El invierno es de nostalgias De sosiego e introspección Las ventanas miran hacia dentro Cautelosas y alertas a cualquier revelación Vientos fuertes sacuden las cimientos de prejuicios infestados Hasta el alma más insensible se doblega a la soledad Álgidos los días avanzan con desgano El invierno pareciera un tirano que desarma la ciudad La mirada más iluminada se torna macilenta En las grises tardes de insatisfacción Ningún color las puebla, sus horizontes siempre son cenizos Imprecisos y de retraída evocación Ningún botón florece, los días acontecen sin alarma Aquí hay un invierno que me habla Y…

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Ciudad Peronia.

Te quedaste vos en eterno rojo atardecer Detenida en el tiempo, trepada en la tapia Esperándome, al otro lado de la frontera En los traviesos años de mi infancia Con tu bulevar empinado viendo hacia la aldea Bajo la sombra del pinito y del pinón Con tu estación de buses, tugurio de nía Julia Con el mercado en mi corazón Con los recuerdos y tanto amor Me fui alejando, vacía. Y postergando el reencuentro En los confines me volví imperceptible He anhelado tus madrugadas y he andado en otros bulevares Ajenos a tus huellas en mis pies He conocido las…

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