Lo mínimo de ser varón.
De un tiempo para acá he aprendido a respetar mi locura y a amarla emancipada, sé que no todo lo que escribo agrada a mi familia – y tampoco es obligación- pero yo he decidido ser fiel a mi trastorno que es el que me mantiene viva y a mi alma que es la que enamora a mi poesía. Que mis letras no les hieran, porque no es con esa intención. Hace una semanas vino mi hermana con la novedad de que: “Negra ya sé por qué vos tenés loquera con la bicicleta, me contó mi tío Jorge que cuando…