Elviro.
La fachada del hotel Cobrizo en el poblado fronterizo entre Sonora y Arizona aparenta ser el de un hostal de tres estrellas. Descienden de un taxi cinco niños acompañados por un hombre que asoma a las cuatro décadas de vida. Van rumbo a Estados Unidos los desiertos de Sonora y Arizona los esperan, pretenden cruzar vía Napo, Sonora y tocar tocar tierra estadounidense por Douglas, Arizona. Son niños campesinos que soñaron con aventurarse en la travesía migratoria sobre el techo de los vagones de La Bestia y que les juraron a sus padres enviar dólares desde el otro lado. Tomaron…