Arte | Pintura

A finales del invierno, cuando la primavera comienza a dar pequeños suspiros, asomando en la lejanía, entre la niebla y la lluvia, hamaqueándose en los días de hielo negro y nieve algodonada, de la tierra emergen las primeras flores. Pequeños brotes que alegran el alma con la ilusión de los cerezos en flor, el aroma enloquecedor de las lilacs y el canto de las aves. Serán los días de lluvia de chipi chipi y niebla espesa como los dulces de algodón hilándose en las manos de los vendedores en las ferias patronales. Las flores son blancas, pero pinto a mi…