Lo mínimo de ser varón.

De un tiempo para acá he aprendido a respetar mi locura y a amarla emancipada, sé que no todo lo que escribo agrada a  mi familia – y tampoco es obligación- pero yo he decidido ser fiel a mi trastorno que es el que me mantiene viva y a mi alma que es la que enamora a mi poesía.  Que mis letras no les hieran, porque no es con esa intención. Hace una semanas vino mi hermana con la novedad de que: “Negra  ya sé por qué vos tenés loquera con la bicicleta, me contó mi tío Jorge que cuando…

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Orgía en el apartamento 18.

Aquella noche: tocan la puerta del apartamento que rentamos mi hermana-mamá y yo, estoy sola mi hermana no ha llegado de trabajar, estoy en la sala acostada en el suelo panza arriba  sumergida en las páginas de La Señora Dalloway, alguien toca la puerta, dejo que insistan me levanto con mi parsimonia de cavernícola encuevada, me asomo por el agujero de vidrio y la veo, camino de puntitas  para no hacer ruido alguno y me vuelvo a acostar con mi libro, ella insiste es la vecina  gringa, sesentona y  soltera del apartamento 14. ¿Qué quiere ahora? Pienso para mis adentros,…

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El músico de Ciudad Peronia.

En mil novecientos noventa y dos nació el tercer colegio en Ciudad Peronia, se llama Ave María de la Asunción. Fue una quimera convertida en realidad de una familia chiquimulteca de San Juan Ermita. El esfuerzo de varios hermanos y primos dieron rostro a la imaginación. Nuestra familia los conoció mucho antes de ver realizado su sueño entonces eran jovencitos recién graduados de maestros y maestras, la mayoría solteros, los veíamos en misa de domingo a las cuatro de la tarde. Mi Tatoj tenía crianza de gallos giros y ellos llegaban a ver cómo los entrenaba entonces yo los escuchaba…

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Se arreglan zapatos.

Recuerdo patente el día en que llegó a Ciudad Peronia, fue el día en que se terminó de construir la capilla católica –en la vueltona de la calle río  Suchiate- comenzaba la década de los noventa. Atrás de ésta  al pie de El  Pinón construyó su champita de nailon, telas y pedazos de madera que no pasaba de cuatro por cuatro metros, ahí vivía con sus dos crías un cipote de aproximadamente seis años y una ishta de cuatro. Era viudo contaban en las conversaciones de mercado y en las pláticas después de misa en el puesto de la nía…

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Mi parcela de fresas.

Nos quedó como resaca  bajo del muelle  del puerto de San  José, se nos quedò como goma de tres días con caldo de huevos. Se nos quedó en el paladar durante todas estas décadas. Sí, ahí quedó justo entre el cielo de la boca y un rincón del corazón. Desde ese entonces me encanta comer en trasto plástico al contrario de mi hermana mayor que los aborrece una misma experiencia con diferentes recuerdos. Fue una tarde después de misa en la capilla que llegaron albocando  que en la finca La Fresera necesitaban gente para cortar las frutas. Ciudad Peronia  comenzaba…

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La tortillera.

Recuerdo que vivíamos amontononados en un apartamento en la zona ocho capitalina, justo a dos cuadras atrás de la iglesia La Divina Providencia. Era una vecindad con paredes de adobe repellado con cal y arena blanca, techos de lámina y puertas de madera con polilla. Un portonón en el zaguán, de ahí nos guindábamos la manadas de güiras jugando a trepar, hacíamos paradillas, saltábamos liga y avioncito. En noviembre del ochenta y ocho agarró camino la hermana mayor con sus dos  pollitas  habadas y el pollito peluco en la panza nos fuimos a la   que soñábamos sería nuestra casa propia…

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Cicatrices de frontera.

Estoy en el salón de belleza -que le dicen- haciendo cola para esperar mi turno, tengo un libro en las manos la espera es larga en domingo. Hay un televisor plasma guindado del techo con el volumen alto.  Es imposible no percatarse del grado de atención que es capaz de prestar una persona a un aparato eléctrico. Levanto la vista es una película que trata de narcotráfico, dinero y la participación de emigrantes indocumentados. Así nos ven: como asaltantes, violadores y putas. Ninguna cualidad, ningún talento más que la de la mano de obra y la explotación sexual. Vuelvo a…

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