Una maestra épica.
Una gitana no le gana, tiene ese estilo para vestirse de carnaval, usa esas pulseras de colores y sus grandes argollas. La recuerdo así, alta, de carnes macizas, hermosa y sensual. Con esas faldas largas de las gitanas. Siempre alegre, siempre guía. Es la culpable de mi fascinación por las mujeres que fuman, es una exquisitez del erotismo. Lo más fructífero que me dejó mi paso por la Universidad -de mis amores- de San Carlos han sido sus palabras certeras. El incitarme a no quedarme con la primera respuesta. El atreverme a dudar. A buscar información por mis propios medios.…