Chinique chiniqueador.

Me enteré de pura guasa el mero día. Llegaba la Marimba Orquesta Internacionales Conejos, lo cual pintaba para un chinique puro, así como la cusha, así como la chicha, va pues así como el atol blanco con pepita chile y brijol, tan puro como la tortilla con chile, como el mamaso con sal. Algo así como la zarabanda en feria patronal. Puras asoleadas  con mi hermana buscando estacionamiento vuelta y  vuelta a la manzana ya mareadas y aún no por las vueltas del baile dimos a puras tientas con el  estacionamiento del lugar nada extraño ver a la mara jampona…

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Campo sitiado.

Qué recuerdo tan distinto tengo yo de los soldados. Allanaron el campo de fútbol y lo hicieron  helipuerto. Sitiaron la única pasión que abraza la desdicha de vivir en la miseria, la única que solo requiere de un balón y de cuatro piedras. Corría el año de mil novecientos novena y tres Ciudad Peronia emergía como barrio clandestino, como periferia y arrabal. Ya existía el Gran Mirador lugar que fue invadido con todo y los filos que van a dar al Club. En las urgencias de atalayar marmajas la gente del BANVI se ideó achicar las calles y hacer intransitables…

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Jardín de infancia.

Ya de regreso en el troncomóvil le pregunto, ¿Pelu vos cuando estás alegre cuando  vivís una emoción muy grande sentís ahogarte, sentís que no podés respirar y que te falta el aire? Me contesta con su parsimonia de hermana-mamá: no Negra lo que pasa es que vos heredaste el mal de la abuela ambas sufren del corazón y del alma. Guardo silencio y veo en los arriates de la carretera las primeras flores de la primavera reventando en colores. Dos horas antes yo había amanecido eufórica la mañana nublada acariciaba mi ventana, ¡es buen día para sembrar! Pensé y le…

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Dominga.

Fui a la aldea a despedirme de mi familia y les dije que me iba a Estados Unidos que ya lo habíamos hablado con otras trabajadoras de la maquila y que nos iríamos juntas una de ellas ya conocía el camino no pagaríamos coyote. Así fue como agarramos camino las nueve, ninguna era mayor de edad, no señor nuestras familias no sabe en dónde estamos. Cruzamos el río Usumacinta sobre las balsas de llantas de camión y nos unimos a la procesión de migrantes que cruzan la frontera. En Tapachula saltamos sobre el tren en marcha y nos guindamos como…

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Las chicas de la tercera edad.

Llego con mis once ovejas y toda la leche para nadar pero están ahí las chicas de la tercera edad recibiendo su clase de aeróbicos acuáticos, me ven asomar y saludan con bulla de pericas de barrancos de allá pondiuna, les lanzo besos y me desaparezco de la piscina me voy al sauna a esperar el horario en que se desocupe. Me encuentro inmersa entre las montañas Nuba y el trastorno de la más loca de las hermanas García: la poeta cuando de pronto se abre la puerta y entra el batallón de señoritas en pampa, dejo los dos libros…

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Julita.

Despertó, abrió los ojos no pudo ver nada la densa oscuridad dentro del ropero no le permitió ver absolutamente nada. Está atada de manos y pies le duele todo el cuerpo. Comienza a llorar de nuevo ya ha perdido la cuenta de los días que lleva encerrada en ese lugar, lo último que recuerda fue cuando le desataron los nudos de la sogas que tenía atadas en los pies y la abrieron de piernas, un hombre con un cuchillo le cortó en medio ahí en su parte privada, la que no debía enseñar a nadie le había dicho su mamá…

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Lourdes, Artemia y Emilia.

A mi esposo lo desaparecieron, cuenta Lourdes. Y relata la desgarradora historia. Entraron a su casa hombres que bajaron de una panel blanca botaron la puerta a patadas y golpearon a su esposo un maestro de la universidad de San Carlos mientras lo acusaban de comunista, antes de llevárselo la violaron frente a él y a sus cinco hijos. Lourdes recobró el conocimiento dos días después en la sala de un hospital, le habían cortado de tajo los pezones. Emigró, se cruzó la frontera de mojada con sus cinco hijos, de su esposo nunca supo nada. Lourdes perdió a cuatro…

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