Soledad.

Salió de Chinandega con  tres mudas de ropa, un par de zapatos  con las suelas rotas, un álbum de fotografías, las bendiciones de su  madre atadas al corazón y la ilusión de llegar a Estados Unidos. Soledad subió al tráiler la última noche de octubre de mil novecientos noventa y seis, tenía trece años de edad. Era la mayor de ocho hermanos,  junto a su madre vendía  agua de coco en la carretera  en la entrada a Chinandega, en el estacionamiento donde pernoctaban los traileros que iban de paso recorriendo países con los furgones llenos  de mercancía. Por la noches…

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Sacerdote Alejandro Solalinde en Chicago.

El sacerdote Alejandro Solalinde  se encuentra en la nación estadounidense realizando un recorrido por varios Estados con  su Caravana Abriendo Puertas a la Esperanza. Lo acompañan varias personas que narran sus testimonios de travesía y  las consecuencias sufridas en  manos de grupos delictivos como carteles de la droga, autoridades migratorias y policías del sector.  Su intención es apoyar la reforma migratoria y pedir un alto a las deportaciones y separaciones de familias. El padre Solalinde es conocido internacionalmente por su lucha  incansable a favor de los derechos humanos de quienes atraviesan el territorio mexicano en forma indocumentada. Está a su…

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Chinchilete de homofobia.

Realmente el  término homofobia es nuevo para mí dicho sea de paso la fobia es otra cosa muy distinta al rechazo, a  la autoridad moral  que creen  tener las personas para  opinar con derecho sobre la vida sexual e íntima de otras. La otra palabra que he escuchado  decir en los rezos de la iglesia en el sermón de domingo a la diez de la mañana: tolerancia aquí no hay razón para creer hacer un esfuerzo sobrehumano para dejar que el otro y la otra sean.  Eso de estar señalando, etiquetando es vergonzoso y repugnante. La responsabilidad enorme que tenemos…

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Chinique chiniqueador.

Me enteré de pura guasa el mero día. Llegaba la Marimba Orquesta Internacionales Conejos, lo cual pintaba para un chinique puro, así como la cusha, así como la chicha, va pues así como el atol blanco con pepita chile y brijol, tan puro como la tortilla con chile, como el mamaso con sal. Algo así como la zarabanda en feria patronal. Puras asoleadas  con mi hermana buscando estacionamiento vuelta y  vuelta a la manzana ya mareadas y aún no por las vueltas del baile dimos a puras tientas con el  estacionamiento del lugar nada extraño ver a la mara jampona…

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Benita.

Ese día por la tarde Benita regresó  de la escuela estudiaba en la jornada vespertina y caminó lo de diario ocho kilómetros  en atajos, su madre  no estaba en casa tampoco sus hermanos, su padre había emigrado desde hacía dos años  a la capital trabajaba como agente de seguridad privada y regresaba solamente un fin de semana al mes. Benita  lavó el nixtamal y se fue al molino a hacer masa,  de regreso   en el camino se encontró con  su tío el único hermano de su madre quien sin mediar palabra la lanzó sobre la hierba y la desfloró. Antes…

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Temporal de justicia.

No, si no ha llovido por gusto en mayo. No por gusto florea el izote y el tamborillo, no por gusto reverdece el zacate y no por gusto las libélulas se enfilan hacia la quebrada. No por gusto se despiden las chicharras con un sonoro canto silvestre.  No por gusto los charcos y los lodazales. No por gusto es el mes de la siembra, el mes de la fertilidad de la tierra. Un diez de mayo inolvidable. De chiripa, carambola, temblorina, apocalíptico, capicúa. Un diez de mayo de un dos tres chiricuarta por mí y por mis amigos, de esos…

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Decir mujer es decir madre.

«Las manos de mi madre 
llegan al patio desde temprano 
todo se vuelve fiesta 
cuando ellas vuelan 
junto a otros pájaros 
junto a los pájaros 
que aman la vida 
y la construyen con los trabajos 
arde la leña, harina y barro 
lo cotidiano 
se vuelve mágico.”  Las Manos de mi Madre. Peteco Carbajal y Jacinto Piedra. Me sucede todo el tiempo cuando la llamo  por teléfono esos interminables segundos que se vuelven perennes el celular repicando y nadie sin contestar. El corazón me da vuelcos atormentado hasta que su voz lo apacigua cuando dice: ¿aló? Recobro la calma, ¡aló Nanoj,…

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