Haru.
Se liberó. Se cansó del ahogo en la oscuridad de su habitación perpetrada por fantasmas de frontera. Haru originaria de Perú emprendió el viaje con su maleta de ilusiones rumbo al país de los sueños rotos. Iba a reencontrarse con sus padres quienes habían migrado ocho años antes por la misma vía, la de la invisibilidad. El pollero que la transportó desde su país por el trayecto de la clandestinidad la entregó a otro grupo de coyotes en Tijuana donde en teoría cruzaría la frontera hacia Estados Unidos en pocas horas, así se lo prometieron a sus padres que confiados…