“La alegría aún no ha llegado a Chile.”

Entrevista a Mario Venegas, chileno, sobreviviente de tortura en la dictadura militar en su país. Estoy sentada frente al ordenador trabajando en un texto y a la espera de la llamada telefónica de Mario Venegas para confirmar la hora de la entrevista, es él, contesto emocionada me dice que será por la tarde de ese mismo día, acordamos hacerla en la biblioteca pública de Evanston, la ciudad donde vive. He tenido suerte, Mario es un hombre sumamente ocupado y su agenda siempre está llena. Llamo a la biblioteca para preguntar si está disponible alguno de los salones de estudio, necesitamos…

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Muchachita de periferia.

Muchachita de periferia Alegre canto de arrabal Con tu canasto en la cabeza Las mañanas cortejás En silencio tu cansancio No se queja, ahí va Avanza lentamente en su triste soledad. Las tardes siempre te esperan En el canto del bulevar Se asoman a la banqueta Y te escuchan ajenar Con tu canasto en la cabeza Linda niña de arrabal Tu infancia abandonada Aún no sabe que es mamá. Ilka Oliva Corado. Septiembre 15 de 2014. Estados Unidos.

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Los traficantes de la nostalgia del migrante hacen su agosto en septiembre.

Es asqueante ver el hervidero de los “negociantes patrios” que hacen malabares con la nostalgia del migrante indocumentado en este país de pesadillas. Cuéntese entre estos truhanes a: representantes de cívicas centroamericanas, presidentes y comitivas de “organizaciones pro pueblo” esas fachadas que tienen algunas bandas de delincuentes de saco y corbata que, alardeándose de ser “representantes de la comunidad centroamericana”   aprovechan el escaparate para armar sus actividades pro robo y pro burla. No hay que ser. Ahí los ve usted armando desfiles centroamericanos un fin de semana antes del festejado 15 de septiembre. En las mismas una orgía de picnics…

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Los niños de la calle.

Los niños de la calle. I. Caminan los niños en las calles Pidiendo limosna a los cretinos Los explota un enardecido Esclavo de su perversión Guarda silencio la apatía Son niños que no importan tanto No son nuestros no vale su llanto Tampoco su desilusión Son el futuro putrefacto Son el presente custodiado Son el pasado mancillado Son el trastorno y la profanación Vagan los niños en las calles Con sus caritas pintas Con tinieblas en las miradas Deletreando la explotación Les aplauden los cretinos Ignorados por los indolentes Los abusan los avaros Son los tristes niños siempre esclavos De…

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El desierto es cementerio.

I. Me dijeron morirás La frontera es cosa seria No lo lograrás El desierto es cementerio   Ahí se queda la esperanza La ilusión y la bonanza Serás un cuerpo más Quedáte no partás   Agarré mis frustraciones El cansancio y mi miseria Decidí marchar Enfrentarme a la frontera   Mis hijos se quedaron Esperándome en la puerta Les dije volveré No tardo y estoy de vuelta     Nunca regresé Me quedé en la frontera Se robó mi libertad Mi vida es tierra suelta.   II. ¿Qué quieren que les cuente? Si la línea divisoria es un averno más…

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¡No a ley Baldetti y que se le masque el cubilete!

A la perfumada –con enjuague de agua de calcetín- vicepresidenta de la respetable república de Guatemala como que la encalada adelantada al carnaval le afectó lo altanero y aparte de creerse la mamá postiza de catorce millones de guatemaltecos también se la lleva de la divina tranza -que lo es- y cree tener poderes mágicos como para mandar a silenciar a los catorce millones de guatemaltecos si se atreven a hacer valer su derecho a la libre opinión. En otras palabras ofrece darles -para sus dulces solo a quienes estén fisiquines- racumin, pastilla de máiz , agua de tamarón y…

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El domador.

Hace unos días mientras mirábamos una película me preguntó mi hermana, vos y de verdad, ¿qué se haría tu domador? Yo alarmada volteé a ver alrededor por si había alguien escuchando ese secreto de estado, pero solo estábamos las dos en la sala del apartamento que rentamos, respiré tranquila. De seguro en alguna calle de Nueva York, le contesté quitada de la pena. Un día mientras compraba en el supermercado recibí una llamada telefónica, no reconocí el número pero contesté, ¿aló? ¡Aló Negra aquí te habla tu domador! Se me fue el alma hasta saber donde y le dije que…

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