Cenizas de uno y vísperas de otro.

Han transcurrido en su lenta agonía los meses, los días y las horas de un año que en pocos minutos será historia. Los últimos segundos se descuelgan alucinados, exaltados de un reloj interminable llamado tiempo. Un año está por iniciar y viene; galante, fresco, jovial, recién empaquetado, como un lienzo blanco, para que nosotros mezclemos los colores que queramos agregar a lo que será en su final nuestra obra maestra. Escribo desde una ciudad estadounidense, estoy aquí ahora respirando las últimas súplicas de un año que agoniza. Tal vez en un futuro ( que en éste momento rebeldemente es inexistente),…

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Entre que: pan pa'tu matate y lúcida nostalgia.

Ya he pedido permiso para contar el cuento. Porque después del aire me caen los cuentazos.Es sábado (día de tamales) y en el ambiente se siente el frío característico que aparece después de haber nevado. Es el cumpleaños de mi sobrina de leche con eso de que aquí los amigos se convierten en familiares tenés; tías, abuelas, sobrinos, cuñados y primos de leche. Los únicos que no son de leche (menos mal): tráidos, güisos, zoques, prenses, agarres, a ellos se les llama (bajo de agua); amigos con derecho. O como dirían en América: Is my friend. Y allí tu lentitud…

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Cuando las orugas se convirtieron en tres hermosas mariposas.

Las conocí hace cinco años, y gracias a Dedé la cume de las cuatro hermanas Mirabal, porque ella decidió hablar y contar la historia a Julia Álvarez para que esta con sus letras deshilara la cruel realidad que vivieron hace cuarenta y nueve años las tres mariposas de Salcedo; municipio de República Dominicana. Gracias a ambas porque con su ayuda pude sumergirme fascinada en: El Tiempo de Las Mariposas. ¿Cómo fue el encuentro? De la siguiente manera: en una feria del libro organizada por la librería Girón, debo de aclarar que en el estado solamente hay dos librerías latinoamericanas, y…

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Hablando revuelto.

Hace algunos días me preguntó un amigo: ¿cuándo vas a escribir? Le contesté que no sabía, que por lo general en noviembre y diciembre no escribo, porque no puedo, no me brota, sale, escapa, ni una espiada de inspiración, y sin ese condimento me es imposible expresar. Lamentablemente no soy tipo periodista de los que escriben un artículo en media hora y sin tanto alboroto. No, no, no, lo mío es diferente, escribo porque ya me es imposible llorar, y la única forma de deshacer el nudo ese que se atora en la garganta es por medio de las letras.…

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Noche de brujas, alborada del Día de Todos los Santos.

El esperado día de brujas ha amanecido emborrachado en un clima apto para la celebración fantasmal. El cielo luce caprichosamente nuboso de una tonalidad gris oscura, percudido, atiborrado de nubes negras que no han dejado de llorar desde hace días la agonía de octubre. Es el último día del mes; la famosa noche de Halloween, en el país del norte del continente americano el cual se hace llamar en su atinado egocentrismo de vástago anglosajón: América. Es ya el tiempo de utilizar bufanda, guantes y chumpas gruesas emponchadas de algodón, los carros amanecen con el sereno pegado en los vidrios;…

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Vientos de Democracia.

Es el cuarto sábado del mes, la tarde agoniza apostada en las entrañas de la Ciudad de los Vientos, mientras la noche logra apoderarse completamente con su fantasmal oscuridad un grupo de compas latinoamericanos disfruta de una velada que pinta para ser inolvidable. La puerta está abierta con un anuncio que cuelga pegado al vidrio que dice: la actividad es en el salón de atrás. Entramos (mi hermana y yo) pasando por la parte de la tienda en donde se encuentran las bufandas, güipiles, libras de café de la Cooperativa Santa Anita, collares, morrales, bolsas y todas esas cosas típicas…

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Allá por los vientos de octubre…

Las hojas de los árboles maduran como los mangos y los jocotes de corona; lentamente. Ese colorido es la miel seductora que destila en su agonía el elíxir otoñal. Aquí estoy nuevamente ensopada en un mar de alucinaciones nostálgicas tratando de desenfundar las emociones y esparcirlas sobre el teclado de éste ordenador; como siempre sin orden ni método simplemente dejando fluir esa espiada que me vienen a dar los aires de octubre. Los vientos confabulan enloquecidos y con austera autoridad se apoderan de las ramas casi desnudas de los árboles de arce; desde la altura de las copas color fuego…

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