La lica porno.
Andábamos en las últimas semanas del ciclo escolar y cursábamos segundo básico y los patojos de la sección cargaban la bulla de lo espectacular que eran las películas pornográficas y hablaban de unas enormes anacondas que se entiesaban, babeaban, vomitaban, se desmayaban y volvían a entiesarse; con la dramatización incluida con todo y sonidos despertaron la curiosidad de las patojas, fue el tema de todo el año y lo sería del siguiente. Yo que ya había visto a los patojos de mi cuadra desnudos trataba de sosegarlas bajándolas de la nube de un tetuntazo: ay dios muchá, ni se emocionen…