Gabriela.
El coyote quita llave, entra a la habitación del hotel junto a otros cinco hombres, son trabajadores del Instituto Nacional de Migración. Adentro se encuentran veinticinco migrantes esperando las indicaciones del coyote para salir en la madrugada a abordar el tren La Bestia para atravesar Veracruz sin ser interceptados por las autoridades migratorias. Cada uno ha pagado dos mil dólares al pollero, pagarán los otros cuatro mil cuando estén en tierra estadounidense. Eso acordaron cuando otro coyote los contactó en Guatemala, El Salvador y Honduras. Todo es seguro, les dijeron. Entre los veinticinco hay mujeres y una adolescente de nombre…