Jardín de infancia.

Ya de regreso en el troncomóvil le pregunto, ¿Pelu vos cuando estás alegre cuando  vivís una emoción muy grande sentís ahogarte, sentís que no podés respirar y que te falta el aire? Me contesta con su parsimonia de hermana-mamá: no Negra lo que pasa es que vos heredaste el mal de la abuela ambas sufren del corazón y del alma.
Guardo silencio y veo en los arriates de la carretera las primeras flores de la primavera reventando en colores.
Dos horas antes yo había amanecido eufórica la mañana nublada acariciaba mi ventana, ¡es buen día para sembrar! Pensé y le dije que me iría a comprar mis matas de tomate, culantro, hierba buena y cebollín.
Me alisté y cuando estaba a punto de salir  me dijo: peráte Negra voy a ir con vos porque ya te conozco te vas a morir allí de un ataque al corazón y nadie va a volver por vos. Fuimos juntas a la tienda Home Depot.
Enloquecí, ver las plantas de hortalizas llenaron todos mis poros de cierto placer vivido solamente en mi infancia, respiré profundo tratando de acaparar la mayor cantidad de aire posible, me propuse no llorar de nostalgia sino disfrutarme el colazo y la compra.
Mi hermana observaba mis saltos de alegría cuando  me encontraba con una planta que me hacía recordar el jardín de nuestro deshecho nido en Ciudad Peronia,  las clavelinas,  la flor de las diez, las dalias, las azucenas. Se me aguaron los ojos pero me prometí no llorar, dejar la tristeza a un lado y combatir la nostalgia a como diera lugar.
Es mi segundo año de emancipada, la segunda primavera en que mis manos deciden sembrar las hortalizas que alimentaron mi infancia empolvada.
Entonces cuando las vi bailé de la emoción ahí en medio de las hileras y estanterías con matas en tiestos de cartón, mi hermana sacó su teléfono celular y grabó el momento, bailaba por haber encontrado las matas de tomate manzano.  Busqué las de tomate mandarina pero no las encontré  ésas solo anidan en el jardín de mis recuerdos.
Caminamos entre las estanterías y nos  encontramos con los tiestos de fresas, ambas nos vimos y sonreímos tomamos dos para tener en nuestro balcón la fruta de aquella finca que marcó nuestra infancia.
Luego las matas de chile dulce, las de cebollín, hierba buena, tomate y culantro. La tierra que la compramos en bolsas. Malaya la parihuela dijimos pero malaya ya no estaba.
Malaya la tierra de la arada pensé pero la arada ya no existe es una vástago de colonia marginal brotando en las entrañas de Ciudad Peronia.
Malaya, malaya, malaya… tanto recuerdo acunado en mi memoria, tantas tardes oliendo a tomate recién cortado, cuántas madrugadas regando con pana  los gladiolos y los girasoles.
Era ese patio de talpetate que con piocha y chuzo  convertimos en jardín. Entonces floreaban las dalias, las pascuas, los girasoles, la milpa enjilotada, el limonar, el culantro, cebollín verde que  comíamos con tortillas recién salidas del comal.
¡Negra, parecés niña! Me dijo mi hermana cuando le pedí que me tomara una foto con las bolsas de tierra que compramos para sembrar, pero es que Pelu… ajá no me digás nada ya sé de tu mal. Se ha convertido en obsesión documentar  todo a base de  fotografías, ha de ser porque cuando quise no pude y ahora que puedo si no lo hago siento estar traicionando a la niña que fui.
Pagamos en caja y llevamos la tierra y las matas al troncomóvil, ella encendió el motor y yo aun ensimismada suspiraba pensando en aquellas tardes de infancia cuando floreaban las varitas de San José, las clavelinas, los rosales color flor de fuego, y olía la noche a hortalizas recién regadas.
Aquí es nuestro balcón rentado el cual  nos regala la venia de verlo en multicolores en verano, ella con sus flores y yo con mis hortalizas ambas retornando al mismo jardín de infancia que un día existió.
No importa que sea en tiesto, todavía florece el botón.
Ilka.
28 de 2013.
Tabucolandia.

3 comentarios

  1. Vicente Antonio Vásquez Bonilla

    Ilka linda: Un mini paraiso por tanta planta. Beos para ti y nana-hermana, Chente.

  2.    Wenisissimo!        Thk-U!   
    ________________________________

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.