Revista Domingo.
Con regocijo de niña espero impaciente a que lleguen los domingos, y lo primero que hago después de preparar mi café, es encender el ordenador para leer Revista Domingo. Es un ritual que he realizado durante años, puntual. Cuando no puedo por las mañanas no dejo que se termine el día sin haberlo hecho. Revista Domingo es el puente que me permite atravesar el enorme abismo del tiempo y la distancia, para llegar infalible al reencuentro con el mercado de mis amores, y ver desde la puerta principal a la niña que vende helados en la esquina de la pollería…