Cundida convalezco en pleno invierno; en este Mal de Patria.
En pleno ombligo invernal, la primavera nos ha venido a echar un vistazo, sólo para avisarnos que ya viene asomando: con la neblina a tuto, el reverdecimiento de la arboleda y la belleza seductora de los tulipanes, mientras: en éste momento la melodiosa voz de Dios te habla a través de la lluvia, esa que es quedita y te acaricia el alma, la que te cuaja el llanto en el umbral de tus ojos, la que sin mayor sosiego hace que en tu garganta se devane un nudo (como esos que hacen para amarrarle a las bestias el aparejo) que…