Arte | Pintura

Tengo patente la imagen de las mazorcas oreándose, colgadas de la viga, en la casa de mis abuelos maternos. El atol shuco hecho de máiz morado, sabe mejor si es salpor. Las tortillas de máiz amarillo y la chicha elaborada con el mismo máiz. Ni hablar de los ticucos del máiz blanco, la poleada hecha con suero de vaca y masa. Las tusas que se amarraban en un nudo y después raíamos con un tenedor para que sirvieran de paishte para lavar los trastos y también para echarle la cal al comal antes de tortear.

Tusas donde se envolvían los huevos que ponían las gallinas de patio, que nunca faltaron en la casa. Las mazorcas para encender el fuego. Las ampollas desgranando el máiz a mano y con la ayuda de los olotes. En fin, Guatemala sin máiz no sería Guatemala.

De la serie Raíces, mis mazorcas coloricas propias de la época de la tapisca, de los primeros vientos de la época del frío y del atol shuco en mi natal Comapa. Óleo sobre lienzo, 40.6×50.8 cm.

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Ilka Oliva-Corado.

23 de marzo de 2025.

Un comentario

  1. Dennis Orlando Escobar Galicia

    Esta pintura refleja a Guatemala: un país variopinto étnica y culturalmente.

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