Yo, marimacho.
Tocaron la puerta y asomé por la ventana vi que era Güisquil y su mamá, ella mal encarada lo tenía agarrado del pelo y de la nariz del patojo escurrían pitos de sangre que él intentaba tancar con un pañuelo. No quería abrir la puerta pero en eso apareció mi mamá en la sala y me dijo que abriera, lo hice. Se fue de espaldas cuando vio la playera del ensangrentado empapada en sudor y una mescla de polvo con sangre que le daba un aspecto de lodo con achiote. Mire lo que le hizo su patoja a mi hijo,…