Yo soy eso que tus ojos no ven
Y lo que tu alma añora
Soy la brasa viva
Que a tu cuerpo enciende
Y lo que tu alma añora
Soy la brasa viva
Que a tu cuerpo enciende
Miel fresca que no empalaga
Soy agua de quebrada
Con sus recovecos
La posa honda
En donde vos nadás
Soy zacate verde pa’ pastorear
Cielo cerrado de nuestro agosto
Soy barro fresco pa’ moldear
Que iracundo sopla
Sos hoja ocre de nuestro otoño
Cielo cerrado de nuestro agosto
Soy barro fresco pa’ moldear
Y vos,
Vos sos el viento
Que iracundo sopla
Sos hoja ocre de nuestro otoño
Sos nube blanca
Que viste el cielo
Sos café de máiz
Sos bajareque que la lluvia moja
Sos un destello en la oscuridad
Soy la sed
Que no querés saciar
El trigo verde
Que a tu campo asoma
Y la luz del faro
Que no querés mirar
Y vos,
Vos sos luciérnaga encendida
Que en la noche oscura
Mi camino alumbra
Y en el día opaco
Sos la niebla blanca
Que calma mi ansiedad
Yo soy la amazona
Que silvestre habita
En las hondonadas
De tu corazón
Vos sos el torrente
De mis deseos
El que me abraza
En la quietud
Sos noche tibia
Que espero siempre
En la agonía de un nuevo adiós. Ilka Oliva.
Septiembre 12 de 2012.
Estados Unidos.
Así que «la hoja de ocre» se calcina en «un adiós» sin haber explorado «la amozona que silvestre habita en las hondonadas de /su/ corazón.» Que hermosos esos cuatro versos de la amazona,¿acaso son la sítesis del poema? Que disparate, digo. Los poemas no se resumen.
Nos da gusto leer este derroche de añoranzas y cándidos reproches.
R.
Estimada Ilka: Te felicito por tu vena poética. Besos, Chente.