La culateada silenciosa.
Recuerdo que hace algunas semanas varios medios de comunicación; oficiales y alternativos denunciaban la forma en que la vicepresidenta de la república tergiversaba las leyes en pro del derecho de la mujer, para atacar a un periodista –con tarima de años- que no era de su agrado y poco faltó para que lo acusara de feminicida. La mujer ésa lo quería ver tragando polvo y comiendo cucarachas en la soledad de una mazmorra podrida. En aquella ocasión afilaron sus plumas columnistas de peso pesado, empezaron a volar penga a diestra y siniestra defendiendo la labor periodística del acusado a pasar…