Messi y la indignación de doble moral.
Solo bastó para adormecer a la masa amorfa que en el Mundial le llegara el turno a Argentina para jugar y apareciera Messi y antes de salir al terreno de juego mientras saludaba a los árbitros no le diera la mano a un niño –porque lo más probable es que no lo vio- y sin ningún esfuerzo de los truhanes que manejan la industria del entretenimiento mediático, la muy leal a su doble moral, se manifestó en el mundo entero. Pregonando conciencia e indignación. –Ahora resulta-. Se pinta sola la indignación de doble moral, en procesión la llevan los cachurecos,…