En este corredor me pasé la infancia y la adolescencia vendiendo helados, en la fotografía allá al final, se ve la pollería de doña Gloria, donde yo me ponía en una esquinita con mi hielera. Es mi Alma Mater. Cualquiera que se pregunte por qué soy como soy, la respuesta la encontrará en esta fotografía. Es el mercado de Ciudad Peronia, mi gran amor. Soy pues, mercado, paria y arrabal.
No hay nada más íntimo que yo les pueda compartir, esta fotografía, ese mercado, ese corredor, son mi vida, mis poros, mi piel.
Es el lugar a cual pertenezco y a donde un día regresaré.
Gracias Sidia por la fotografía.
Usted es un real ejemplo de mujer que me alienta para creer, a pesar de todo, en la especie humana; brava, berraca, digna y altiva; humanos como usted derrotan los imperios
Qué palabras tan dulces, Elberto, un abrazo con el alma para usted y los suyos.
Si somos dialécticos sabemos que somos la suma de nuestra historia. Creo que el coraje, la intrepidez, la bravura y más actitudes que la hacen fuerte las aprendió, en gran medida, en esa esquinita. Mi admiración por no negar esa parte de su historia.
Jamás, la negaría. Abrazos, don mozalbete. 🙂