El calvario de la Visa U.

Para miles de mujeres emigrantes sin documentos víctimas de violencia doméstica ésta podría ser una opción clara para obtener un estatus legal en Estados Unidos.
El Servicio de Ciudadanía de Inmigración de Estados Unidos explica qué es la Visa U.
“El Congreso creó la visa de No Inmigrante U mediante la aprobación de la Ley de Protección a Víctimas de la Trata de Personas y Violencia (incluyendo la Ley de Protección de Mujeres Inmigrantes Abusadas) en octubre de 2000. Esta legislación está dirigida a fortalecer la capacidad de las agencias del orden público para investigar y procesar judicialmente los casos de violencia doméstica, abuso sexual, tráfico de extranjeros y otros crímenes, a su vez que protege las víctimas de los crímenes que han sufrido abuso mental o físico sustancial producto de dichos crímenes y están dispuestas a ayudar a las autoridades del orden público en la investigación y prosecución de la actividad criminal. La legislación también ayuda a las agencias del orden público a dar mejor servicio a las víctimas de crímenes.”
Bonito se lee pero que se cumpla es apotiósico siendo las mismas autoridades policiales en primer lugar y los servicios de asistencia a emergencias los que desestiman toda denuncia hecha por personas emigrantes que no dominen el idioma y si se verifica el estatus migratorio y la persona no tiene documentos que le acrediten la estadía legal en el país, todo testimonio es tomado como recurso inventado para poder optar a la Visa U.
En las salas de oficinas policiales donde se rinde declaración la víctima es acusada de inventar el testimonio con tal de poder quedarse en el país legalmente, en la mayoría de casos de ahí mismo las víctimas son llevadas a una cárcel de inmigración de donde son deportadas a la brevedad.
¿Con este proceder de las autoridades que cuidan el orden publico, qué mujer se atreve a denunciar violencia domestica o abuso sexual? Pocas y terminan arrepintiéndose porque en lugar de encontrar apoyo y protección, sus testimonios son descalificados y ellas tachadas de mentirosas.
La visa U ofrece el derecho a cuatro años de residencia legal y autorización a trabajar con todos los beneficios laborales. Después de tres años el beneficiario puede calificar para la residencia permanente y posteriormente para la ciudadanía del país.
Según el Servicio de Ciudadanía de Inmigración de Estados Unidos, ser víctima de las siguientes actividades criminales puede ser elegible para una Visa U siempre y cuando si el crimen fue realizado dentro de Estados Unidos o violó las leyes del país:
Secuestro, toma de rehén, agresión sexual, contenido sexual abusivo, incesto, explotación sexual, chantaje, servidumbre involuntaria, trata de esclavos, violencia domestica, rapto, acecho, extorción, homicidio involuntario, tortura, detención ilegal, asesinato, trata humana, mutilación genital femenina, obstrucción de la justicia, manipulación de testigos, agresión con arma, trabajo forzado, restricción ilegal criminal, fraude en contratación de mano de obra extranjera, perjurio, prostitución, violación.
La Visa U fue aprobada en el año 2000 pero sería hasta 9 años después que empezarían a otorgarlas, ¿por qué detener algo ya aprobado durante tantos años? Dos dedos de frente se necesitan nada más para aclarar el análisis profundo de no querer brindar estatus legal a personas indocumentadas, si lo que hace este país es deportar por costaladas, el enfoque es deportar la mayor cantidad posible de personas, eso de brindarles protección y ayuda legal o de otorgarles la estadía legal si denuncian los crímenes y ayudan con la investigación es una falacia. Pocos casos han sido resueltos de los miles y en su mayoría las víctimas no han sido escuchadas sino deportadas a la brevedad.
Una mujer que ha sufrido de abuso sexual por un conocido o desconocido, víctima de violencia doméstica teme tanto al agresor como al policía o detective que esté a cargo del caso, las conductas en ambos son similares, uno abusa en la clandestinidad y el otro con la autoridad.
Prepotentes, intolerantes, abusivos, intimidan todo el tiempo a la víctima. Aprovechan su paranoia y sus miedos para acusarla, desestabilizarla y con esto desestimar la denuncia para que el caso no llegue a una corte donde de ganarlo puede quedarse viviendo legalmente en el país. El trabajo de ellos es eliminar la mayor cantidad de casos y con esto restar opciones de una estadía legal para obligarla de retornar a su país por su propio pie o deportarla.
A pesar de ser cientos de llamadas de auxilio reportadas al 911, se quedan otras miles en el silencio porque bien sabido es que la deportación es segura y ninguna protección hay para quien sufre de la violencia especificada por el Servicio de Ciudadanía de Estados Unidos.
Arduo trabajo el que realizan las agencias y organizaciones comunitarias que brindan apoyo a víctimas de violencia doméstica y de abuso sexual. Cónyugues abusadores, parejas agresivas, todo es descalificado si la víctima no tiene documentos legales. Aun siendo legal a una mujer le cuesta que el sistema de justicia crea en su testimonio, no digamos cuando se vive en la clandestinidad.
En las estaciones de policía y en los servicios de emergencia cuentan con personal bilingüe pero no se presta la ayuda debida y el proceso no se sigue como corresponde, adrede porque la víctima no tiene documentos legales. Los policías o detectives lo que hacen es intimidarla para que ésta desista del testimonio o bien son ellos los encargados de desestimarlo. Acusadas todas de provocar y de vivir en lugares insalubres. En buena parte de los porcentajes de reportes policiales el detective resalta que la víctima vivía en una pocilga donde la higiene era inexistente. ¿Por qué realzar algo que ni viene al caso de un abuso doméstico o sexual? Porque es necesario hacer ver ante el sistema de justicia que una violación a un paria no tiene que robarles el sueño. Porque es solo un rastrojo que no llega a nivel de persona. Quiero pensarlo así, deducir que puede ser una opción.
En las distintas ciudades del país existen casas de citas y lugares donde explotan sexualmente a niñas, adolescentes y mujeres, las autoridades están enteradas, sus propios policías asisten como clientes a disfrutar del manjar de la trata de personas, comprobado está que a muchos los han encarcelado porque también eran parte organizaciones criminales, cuando una de la víctimas logra escapar y se atreve a denunciar si bien le va es deportada de lo contrario es una desaparecida más o se le inventan cargos para encerrarla de por vida en una cárcel federal.
Todos los días mueren mujeres en Estados Unidos –y en el mundo- víctimas de violencia doméstica y de abusos sexuales y de otro tipo perpetuados por personas desconocidas, por alguna extraña razón el caso de la madre guatemalteca y sus dos niñas, dio la vuelta al mundo, ella no ha sido la única y sus niñas tampoco, pero desgraciadamente sirvió para que los ojos de los medios internacionales voltearan hacia Nueva York y no como la ciudad de las eternas luces y rascacielos, sino como una ciudad que tiene enormes deficiencias en su sistema de seguridad y de atención de emergencias. No es la única, eso sucede en todo el país.
El que saliera a la luz pública que la víctima ya había denunciado a su agresor por medio del servicio de emergencias 911 y que desestimaran su testimonio porque no lo hizo en idioma inglés, demuestra claramente no la falta de personal para traducir porque lo tienen, sino el racismo que impera y la misoginia de un sistema y de una sociedad que sigue viendo a la mujer como un objeto. Una persona indocumentada es un paria, por ende una mujer indocumentada víctima de violencia doméstica es solamente para la autoridad estatal y federal una mentirosa que busca a toda costa obtener la residencia legal.
Diariamente niñas, adolescentes y mujeres son abusadas sexualmente por desconocidos algunas valientes se atreven a denunciar pero ningún apoyo encuentran por parte de la autoridad policial, el sistema de salud física y mental, el sistema de justicia las acusa de ser quienes provocaron ser abusadas, golpeadas, cercenadas y asesinadas. Ningún país del mundo por muy “soberano” y progresista que diga ser, respeta los derechos humanos y laborales de la mujer, porque está dominado por un sistema y por una sociedad patriarcal y de abundante misoginia.
Entrevistas con detectives que llevan días enteros, semanas, meses y años, en las que se trata a toda costa de hacer de las pruebas que favorecen a la víctima las que favorezcan al abusador.
Involucrarse en estos temas es para el sistema de justicia una pérdida de tiempo y de dinero en la que sus detectives y personal deberían estar tratando de resolver casos que en realidad valgan la pena y no escuchando a mujeres indocumentadas que enfilan en los millones de parias que solo sirven para ser explotados por su mano de obra barata.
Por esa misma razón son miles de mujeres las que sufren de abusos sexuales en los campos de cultivo, fàbricas, frontera en territorio estadounidense, -en las mismas cárceles las abusan sexualmente la policía fronteriza antes de deportarlas- casas donde laboran. Aparte de la explotación laboral saben que si denuncian el abuso sexual y emocional del que son víctimas por parte de jefes lo único que lograrán es ser deportadas. No pueden darse ese lujo.
El embuste de la Visa U, nació en California cuando un grupo de mujeres que laboraba en un campo de cultivo decidió denunciar el abuso sexual y emocional del que eran víctimas por parte de jefes y dueños, al que se unieron otras mujeres que laboraban también campos de cultivos en otros Estados, fue entonces que los encopetados acudieron a sus conectes en los altos bancos de la justicia y para no pagar las multas millonarias de los crímenes ya comprobados en corte, se inventaron la Visa U y con esto les dieron a ellas el estatus legal del país y ellos se ahorraron los millones. Falacia de cuento viejo y rancio del patriarcado y de la corrupción.
El calvario de la Visa U en Estados Unidos es una pelea de vida o muerte para la victima ya que por lo general el victimario regresa a terminar lo que empezó, tal y como sucedió con el caso de la madre guatemalteca y sus dos niñas, nadie la escuchó, oídos sordos de un sistema de seguridad y de justicia en una ciudad y en un país que hace alarde de ser el más rico, el más próspero y el más equitativo del mundo. Si pues.
Ilka Oliva Corado.
Febrero 18 de 2014.
Estados Unidos.

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