Miedo.
Entre dos líneas tiránicas Entre dos orillas, entre dos lunas En una sola noche cerrada Acomplejada, amurallada Me atrapó la confusión Llorándote, odiándote Entre dos laberintos Extraviada en mis instintos En desventaja me afané Llorándote, frente al umbral de cenizas Apostada en las rendijas de mi cárcel Te grité, te reclamé Y tú fingías no escuchar No verme, no respirarme Pero me abriste las venas de par en par Querías desangrarme Sin aparentar ser el truhan El apocado, el miserable Pero desde las entrañas de mi celda te vencí Bebí la sangre de mi arteria Y te escupí el valor…