Discreta y juiciosa
La bruma nocturna
La noche comienza a desnudar
Su piel es lirismo
De numen poblado
Tristes indocumentados
No la han de admirar
Trabajo a deshoras
De turnos pasados
Son los nuevos esclavos
De la gran ciudad
La urbe de fiesta
en luces y embuste
la música canta
a las almas que no lo han de escuchar
parejas las horas
no cuentan minutos
descansos no existen
para quien han de explotar
los jefes que en lengua
distinta y racista
mojados los llamarán
la bruma desnuda
el atavío nocturno
quien está de turno
no lo ha de observar
la fábrica en marcha
limpiar los retretes
cortar la verdura
que se ha de empacar
el cansancio que abarca
la venas ya hartas
que no pueden respirar
trabajo bracero
de obrero y jornalero
el emigrante es el peón
la mujer, la cipota
la niña y la güira
que cuida a las crías del patrón
que arregla las camas
son las mucamas
del hotel con balcón
el gringo es el dueño
que en tierra de nadie
se ha vuelto un dios
país de miseria
de sueños ya muertos
que son los inventos
de la explotación.
La noche desnuda
Acaricia la bruma que la cautivó
El tiempo hace mella
En el lomo del mozo
Que las fronteras cruzó
La noche despojada
Acaricia el cojín
El sueño la llama ya quiere dormir
La mujer y la niña
Recién emigradas
Son las más explotadas
Nunca lo han de decir
Nocturna la bruma
Le pide documento de identificación
La noche asareada busca entre su almohada
Es la indocumentada de quien nadie escribió
Invisible y oscura tan real la premura
De quien emigró.
Dedicado a las y los migrantes indocumentados del tercer turno. Pronto amanecerá…
Ilka Oliva Corado.
Octubre 27 de 2013.
Estados Unidos.