Erick Barrondo “El Mito” finalmente abanderado en Río 2016

Sígueme en: https://telegram.me/cronicasdeunainquilina

Como es costumbre en Guatemala, el clasismo y el racismo tienen el mando del timonel en todos los ámbitos. Es muy visible cuando el Comité Olímpico Guatemalteco escoge al deportista que llevará la bandera de la delegación guatemalteca en torneos internacionales.

Es imprescindible que quien lleve la bandera sea un deportista rubio, de ojos verdes si es posible, alto, blanco y con tintes de burgués. Ante todo hombre pero si no hay quién llene la talla, escogen a una mujer con las características, así como para que no digan. Esto no me lo estoy inventando yo, esto lo hemos visto durante décadas y quienes estamos inmersos en el mundo del deporte obviamente lo vivimos desde la vena.

Por lo general son deportistas de disciplinas elitistas que solo cierta clase social puede practicar debido a lo costoso de los recursos.

En los Juegos Olímpicos de Londres (2012) el abanderado tuvo que haber sido Erick Barrondo “El Mito” tenía todo, no había una sola excusa para que lo dejaran fuera, era el atleta destacado, pero el racismo y el clasismo de los dirigentes del Comité Olímpico Guatemalteco pudo más. Y fue precisamente ese niño indígena, prietito, bajito, que creció en la miseria, corriendo descalzo, en lo olvidado del sistema, invisibilizado y excluido el que le dio la primera medalla olímpica a Guatemala.

No fue ninguno de esos niños bien; rubios, de ojos claros, con todos los recursos y las comodidades para entrenar. Ninguno de esos deportistas de élite que por su clase social y por sus contactos ganan las plazas a otros que se han esforzado grandemente desde la exclusión y que precisamente por su origen no son tomados en cuenta y se comete la injusticia de arrebatarles las oportunidades, aunque su calidad deportiva hable por sí misma.

Pero derribar todas las barreras impuestas por el mismo sistema de su país de origen, y ganar una medalla olímpica convirtió a Erick Barrondo en “El Mito” del cual hablarán generaciones y generaciones en todos los estratos de las clases sociales, su hazaña lo hizo inmortal. Hay cosas que no se compran con dinero, ni con contactos, ni con las ínfulas de la clase social. Que no hay impunidad que las deshonre. Hay cosas que se luchan con garra, entrega, pasión, con sacrificio, en la adversidad y solo los grandes tienen la capacidad de resistirlas y vencerlas. Solo los grandes que las han luchado toda su vida a contracorriente. “El Mito” es uno de ellos, como con Doroteo Guamuch Flores y don Teodoro Palacios Flores, los tres orgullo de nosotros los parias.

Tanto don Doroteo y don Teodoro sufrieron la exclusión más cruel de la sociedad guatemalteca y del sistema deportivo del país, por el origen y el color de piel. Uno por afro descendiente y otro por indígena: por sus etnias, por su visible clase social. Sin embargo son los mejores atletas que ha parido Guatemala.

Que “El Mito” sea el abanderado de la delegación en los Juegos Olímpicos de Río 2016 rompe una barrera que fue impenetrable durante décadas, por no decir que en la historia del país. Pero tuvo que ganar una medalla olímpica para demostrar de qué está hecho y con esto ni el más racista de los racistas lo puede volver a ver jamás como despojo de la sociedad. Esta nueva hazaña de Erick Barrondo al tener semejante honor bien podría servir para realizar un estudio desde el enfoque antropológico y sociocultural de una Guatemala fragmentada por el racismo y el clasismo.

Hace muchas décadas un deportista indígena ganó El Maratón de Boston, fue tal la discriminación que lo humillaron colocándole un nombre distinto al suyo al estadio nacional, mismo que fue parte de un homenaje a su hazaña. Le cambiaron Doroteo por Mateo y excluyeron Guamuch y le colocaron Flores. El estadio tuvo que llamarse Doroteo Guamuch, se llama Mateo Flores.

Otra de las insignias del deporte guatemalteco tuvo que emigrar, don Teodoro Palacios Flores, porque Guatemala le dio palo hasta que lo obligó a irse. Esa historia suya, de hambre, necesidad, exclusión y desamparo. Esa sangre milenaria de luchar contra la adversidad. Ese “negro” es orgullo de nosotros los afro descendientes. Orgullo de mi etnia garífuna.

Largo camino han recorrido los atletas que desde la exclusión se han atrevido a soñar en la Guatemala que liquida al que desde su identidad y dignidad levanta la cara y mira de frente. Hoy “El Mito” es el abanderado y lo veremos en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016, muchos vamos a llorar de emoción, de alegría, de felicidad, de nostalgia recordando el camino y la encrucijada. Porque él portará la bandera en nombre de los ancestros, de quienes abrieron el camino, de los pioneros, de los que dejaron el pellejo en el intento, de quienes a brazo partido lo entregaron todo por una Guatemala que sigue excluyendo a quien no tiene pedigrí.

Hoy Erick Barrondo iluminará Río, porque junto a él va la honra y la dignidad, la entrega y la gloria de don Doroteo Guamuch Flores y don Teodoro Palacios Flores. Él los dignifica. Y lo acompañan también los vendedores de mercado, los cargadores de bultos, los albañiles, los cartoneros, los que trabajan en las fincas cortando algodón y partiendo caña.  Los campesinos, los huele pega, las putas de arrabal, la juventud que se pudre en las maquilas  en las cárceles.  Y los anhelos de tantos migrantes que fueron obligados a padecer en el éxodo la amargura del destierro.

Porque él hoy honrará a todos los indígenas que fueron desaparecidos, torturados y asesinados en la Guatemala de la Tierra Arrasada. A todos lo que hoy siguen de pie luchando por una Guatemala distinta, incluyente y justa.

Porque hoy él honrará a la infancia de su natal Chiyuc, San Cristóbal, Alta Verapaz y ese privilegio, ese honor y esa alegría, no hay racismo ni clasismo que se las puedan arrebatar.

Hoy Erick Barrondo “El Mito” escribe un antes y un después en la historia del deporte guatemalteco. Aunque no lo reseñen los medios y aunque el sistema y la sociedad no lo quieran ver.

Hoy, “El Mito” le dará voz, luz y encanto a esa otra Guatemala, la real, la justa, la que lucha, la que no desiste. La que sueña, la que se levanta todos los días en las madrugadas y se va a dormir a deshoras, buscando el pan de cada día desde la exclusión.

“El Mito” hoy honrará desde su inmortalidad a la infancia de pueblo y de arrabal. Larga vida a mi niño de pies descalzos, larga vida a quien honra la raíz milenaria de nosotros los parias.

Mi reverencia eterna a don Doroteo Guamuch Flores y a don Teodoro Palacios Flores, pilares de quienes desde la exclusión tuvimos las agallas de soñar en grande, “El Mito” es quien hoy nos representa nos sentimos muy honrados y agradecidos.

Esperamos con ansias ver a una de las nuestras, también como abanderada.

Con amor, desde el corazón del mercado de Ciudad Peronia, la niña heladera.

Si usted va a compartir este texto en otro portal o red social, por favor colocar la fuente de información URL: https://cronicasdeunainquilina.wordpress.com/2016/08/05/erick-barrondo-el-mito-finalmente-abanderado-en-rio-2016/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.wordpress.com

05 de agosto de 2016, Estados Unidos.

3 comentarios

  1. Dennis Orlando Escobar Galicia

    Pues si: Erick fue escogido para llevar la bandera en estos juegos, empero por motivos de táctica deportiva viajará hasta el lunes a Brasil. La bandera será portada por Ana Sofía, la niña gimnasta de origen también humilde y que le ha dado muchas satisfacciones a Guatemala.

  2. Que lindo que sea Erick.. el abanderado, ya estabamos cansado de los niño-ricos con los apellidos de finqueros expropiadores que hasta psicologos les ponian y que nunca traian nada. En cambio los chicos les ha toca dormir hasta en el piso. Profesora aca vivimos deportes unos con frijoles otros con champaña.
    le comparto..aca la fuente
    https://www.plazapublica.com.gt/content/olimpiadas-con-frijoles-y-champan

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.