Inicio de un sueño.

Una mañana cualquiera de inicios de la década del noventa mi mamá nos llamó a mi hermana mayor y a mí, estábamos haciendo oficio en la casa y lo dejamos por un momento para ir con ella que estaba en el patio, nos dijo que nos sentáramos sobre una de las tablas, con esas tablas habían fundido las columnas de la casa y las colocábamos sobre bloques y eran nuestras sillas porque no teníamos amueblado de sala ni de comedor. Ya éramos cuatro crías, los cumes uno de un año y la otra de semanas. Nos los poníamos en la…

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Ahora sí los bomberos.

“Seguimos orando por ustedes ” dice esa parte de la sociedad que encuentra en la fe el pretexto perfecto para curar la angustia cuando es ajena o más bien para sentir que está haciendo algo por los demás y no cargar con el peso de la culpa, es decir la indiferencia. Con lo acontecido en el mercado La Terminal mucho se ha dicho poco se ha hecho, típico de Guatemala, nuestra tan vapuleada idiosincrasia. Éstas letras no tratan de la pérdida en ese mercado, ni del dolor de las personas que vieron convertirse en cenizas lo único que tenían para…

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Redención.

Podría decirte de qué color es el silencio Y describir cada esquina y cada tranca Reseñar lo que hostiga y azota Respirar nuevamente su olor Cuando el recuerdo brota Podría ver el fondo del abismo Y palpar con mi instinto sus paredes Arañar con mi ansiedad hasta sangrarme Y dormir en la agonía tan estéril Podría caminar en sus veredas Y llorar devanándome en el cieno Evocar los tormentos más acerbos Y perecer desde siempre en su secreto Podría contarle de tu nombre Y esbozarte en poesía a media voz Entendería por qué mi alegoría Y adepto te llamaría redención.…

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Apolonia.

Llegamos a Matamoros después de atravesar Guatemala y México. Éramos 40 de ese viaje y en la puerta de la casa nos entregó el coyote que venía con nosotros desde El Salvador nos dijo que ahí quedábamos en manos de otros polleros que nos pasarían a Estados Unidos y que allá serían otros lo que nos entregarían a nuestros familiares. La casa estaba rodeaba de hombres armados, vestidos de negro y tenían de esas armas que les dicen cuernos de chivo, cuando entramos vimos que había más gente alrededor de unas cincuenta personas que estaban encadenadas de pies y manos,…

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Más que cenizas en La Terminal.

Solo quien ha sido y es vendedor, vendedora de mercado sabe el dolor que están sintiendo las personas que tenían sus locales en La Terminal y que se convirtieron en ceniza. Dolor agrio que se vive en la invisibilidad de un sistema y de una sociedad de mierda. El resto podrá criticar el proceder de los bomberos, de la mala organización, de la falta de agua, del mal gobierno. Podrá decir que lamenta mucho lo que está sucediendo. Que pobre gente, que ojalá se recupere pronto. Que Dios los cuida. Que sabrán salir adelante. Los racistas y clasistas podrán maldecir…

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Contracorriente.

Contracorriente. – A: Camilla. Pensaste tal vez en algún momento de contrariedad Que ese lastre sería tu jaula Viste tus alas heridas y retraídas Temerosas de alzar nuevamente el vuelo El horizonte ya no era tu alegoría, tu fascinación Incomprendida y abatida te respiraste decepción.   Las letras se secaron el rosal nunca floreó Y tus venas se amargaron en el silencio y el adiós Trancaste las puertas y ventanas Y te encerraste a perecer Los silencios que lapidan cuando no se puede ser.   Más tu esencia de hechicera Con brebajes te curó Imperceptibles  las fronteras La golondrina voló…

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Fútbol por genocidio.

Poco se puede hacer  en un país desahuciado  como Guatemala que niega el genocidio pero que delira por un clásico de fútbol español. Un país con una sociedad mediocre y amnésica atestada de sabiondos y sabiondas en avatares de fútbol extranjero –así del puro aire-.  Fanáticas y fanáticos de fintas, jugadas y goles que hacen amar al deporte rey. El deporte rey en liga de otro país no en el nuestro, porque el nuestro es mediocre como lo somos nosotros. Todo lo nuestro es mediocre porque así  nos gusta, porque así nos conviene, porque es más fácil, porque requiere menos…

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