Es mejor una ladina que una india, para vicepresidenta.
No sé si a usted le pasó, pero a mí sí. En las elecciones pasadas en Guatemala, muchos letrados con esos sus aires de alcurnia y su distinta clase social me dijeron, literal: “es mejor una vicepresidenta ladina que nos represente, que una india patas rajadas.” Con esa arrogancia del racismo y el clasismo propio de ciertos asoleados que porque viven en las casitas del barrio alto (y la mayoría de ellos que quisieran, pero ni arrastrándose…) y tienen perchas de pergaminos universitarios. Ahí está pues, su vicepresidenta ladina les dio en todo el pocillo, por hocicones. No solo eso…