El vacío
Espero con premura la noche para tenderme sobre mi cama y entrar en la etapa de la somnolencia y el limbo de la inconsciencia nocturna. No dura 6 horas como quisiera, a veces solo cuatro en algunas solo tres. Duermo sosegada tan solo breves instantes el resto de tiempo son sobresaltos y pesadillas. Derrotada recurro a las pastillas para dormir. Cuando abro los ojos y despierto es la hora más infeliz del día, porque me percato que sigo aquí en este intento de sobrevivencia que me consume constantemente. Dándole tiempo al tiempo, buscándole una explicación a mi vida, ofreciéndole una…