Melodía de quinqué, mi cría más reciente
Sin percatarme fui empollando como las gallinas que de cuando en cuando se quedan y anidan a sus bebés bajo sus alas hasta que estos ven la luz del día. Mis libros entonces se fueron gestando mientras mi escritura emergía de lo más profundo de mi ser, casi sin darme cuenta. Y escribí y escribí y escribí sin parar, como en una carrera de larga distancia por los caminos enlodados de la aldea El Calvario, como rodando entre los barrancos de mi infancia: sin tiempo, a veces urgente y al trote. Y mi escritura poco a poco se convirtió en…