De a vara y un tostón en las horas pico.
Cantan los gallos en la fría madrugada de un día como tantos otros: simple, gris y descolorido en la vida de la plebe; una jornada laboral más se anuncia. Cansado se levanta el trabajador, con el sueño pegado en la piel, el ardor de ojos, el dolor de los callos en los pies, con las tripas chillando por el hambre y los sueños olvidados entre la congoja de la triste realidad. Poco a poco se van encendiendo las luces de las casas y se escucha el movimiento de la población: las jarrillas despeltradas que llevan hirviendo en sus entrañas el…