Revista Domingo.

Con regocijo de niña espero impaciente a que lleguen los domingos, y lo primero que hago después de preparar mi café, es encender el ordenador para leer Revista Domingo. Es un ritual que he realizado durante años, puntual. Cuando no puedo por las mañanas no dejo que se termine el día sin haberlo hecho. Revista Domingo es el puente que me permite atravesar el enorme abismo del tiempo y la distancia, para llegar infalible al reencuentro con el mercado de mis amores, y ver desde la puerta principal a la niña que vende helados en la esquina de la pollería…

Continuar leyendo…

En defensa de las verduleras.

De “Acta” de Roque Dalton, “Defensa de la alegría” de Mario Benedetti, “Un mar de fueguitos” de Eduardo Galeano, “Urge soñar” de Manuel José Arce, y “Los nadies” de Eduardo Galeano, “La bala” de los Hermanos Flores, “Si no me falla el corazón” de Los Tigres del Norte, “Bonita finca de adobe” de Ramón Ayala, “Dos gotas de agua” de Chelo, “La cama de piedra” de Cuco Sánchez, “Te ves buena” de El General, “Flor de Capomo” de Los Cadetes de Linares. De “El baile de la botella” de José Luciano, “La negra tiene tumbao” de Celia Cruz y “Lambada”…

Continuar leyendo…

Luz de Candil.

La irrealización la encontré en innumerables intentos. La vi ataviarse de variadas apariencias. Conversé con ella tantas noches y tantísimas madrugadas. Le grité mi desencanto con mis venas ebrias y sobrias. Ese revés continuo de no saber hacia dónde ir, de encontrarme sin caminos, confinada en la desazón. La resistencia apabullada de tantear y tantear. De caer y rodar precipicios anímicos, contiendas contra el reflejo de mi mirada entristecida y extenuada en el abandono. El temor de no enfrentarla para no escuchar su queja y verme débil y devastada sin pertrecho alguno que me permitiera intentarlo de nuevo. Levantarme y…

Continuar leyendo…

Treinta y cinco.

El primer trago de cerveza me lo tomé cuando andaba cerca de los nueve años de edad, de ahí pa´l real se me volvió sangre. Se me volvió costumbre de niña que iba a la tienda a comprar los litros de cerveza cada vez  que sus papás ahogaban su miseria en el alcohol, para olvidarla entre los brindis aunque regresara infernal en la resaca. Y fue tornándose en una adicción de espuma de malta. La tengo en la sangre y forma parte de mis glóbulos rojos, es la espesura de mi hemoglobina. Así empezó mi soltura y afinidad por los…

Continuar leyendo…

Infértil.

Estoy sentada en la cafetería de la librería Barnes & Noble, que es mi favorita. Vengo cada vez que puedo a apaciguarme entre las estanterías que guardan historias empastadas. Se me pasa el tiempo admirando el mural de los escritores de todos los tiempos. Por momentos me siento en un pasillo, cierro los ojos y me quedo ahí respirando el olor a libros nuevos, que me fascina. Tomo libros al azar y los hojeo, los vuelvo a poner en su lugar y busco la sección de los clásicos, nunca falta Virginia Woolf. Me tiene loca con La Señora Dalloway y…

Continuar leyendo…