Post frontera. (XVIII)

País de llegada: los mil oficios. Mucama. (II) Una tarde cuando ya llevaba tres años viviendo en Estados Unidos, salí de trabajar, pasé a la licorería y compré una caja de cervezas, – fue rutina de todos los días durante los primeros cinco años de mi vida en este país- era invierno y las calles estaban cubiertas con esa alfombra blanca de nieve, aun no lograba dormir más de dos horas seguidas, esa noche tomé un lápiz y una hoja de papel, me había bebido algunas cervezas y se me estaba pasando ya la borrachera, comencé a escribir un poema…

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Post frontera. (XVII)

País de llegada: los mil oficios. Mucama (I). Nunca he tenido un trabajo fijo, de esos de lunes a viernes o de lunes a sábado o de lunes a domingo. Siempre es de trabajar unos días en un lugar y completar la semana en otros con los famosos horarios de medio tiempo. Horas aquí y allá, así nos las vivimos la mayoría de indocumentados que somos los del trabajo temporal, y ahí vamos ajustando para las remesas y los gastos del día a día. Cuando cumplí dos años de estar viviendo en este país surgió la oportunidad de trabajar en…

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Post frontera.(XVI)

País de llegada: los mil oficios. Quinta parte. Siempre he visto como un privilegio de la vida el que creciera en un área marginal, con carencias económicas, donde el día a día se lucha para que termine con la ilusión de tener con un plato de comida en la mesa y un candil en el corredor, y que el emigrar desde mi llegada al país trabaje en el sector exclusivo donde viven los millonarios del Estado. Dos mundos totalmente distintos han estado en mis manos y ante mis ojos. Digo que es un privilegio porque me ha permitido ver dos…

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Post frontera. (XV)

País de llegada: los mil oficios. Cuarta parte. Siempre me han acompañado los pensamientos suicidas y lo intenté en tres ocasiones. La primera inocentemente fue a los 13 años, pensé que sacándome la comida provocándome el vómito en unas semanas moriría, -pensamientos de ishta- pero pasó el año y no sucedió nada, hasta que mi mamá me encontró en plena maniobra y pensó que estaba embarazada y me metió una tamarindeada de aquellas…, me hincó en maíz y me puso a rezar no sé cuántos padres nuestros y aves marías, mientras me chicoteaba. Le juré que no estaba embarazada y…

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Post frontera. (XIV)

País de llegada: los mil oficios. Tercera parte. El trabajo que tenía en casa de la familia coreana era de medio tiempo y no alcanzaba ni para la gasolina, pero por no hablar inglés no podía conseguir en otro lugar para llenar la semana, al año salió uno de medio tiempo, con una familia filipina –me persiguen las familias asiáticas- tenía que cuidar tres niños y hacer limpieza en la casa. Dos hermanos filipinos, un hombre y una mujer, el hermano tenía dos niños: uno de cinco y una de un añito, la hermana tenía una niña de dos años.…

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Post frontera. (XIII)

País de llegada: los mil oficios. Segunda parte. Si algo me enseñó mi Nanoj fue a no tenerle miedo al trabajo ni a la adversidad, “porque la vida allá afuera es dura” siempre nos lo ha dicho. “¿Vos creés que yo soy mala? ¡Pues esperáte a salir a la calle a ver cómo te tratan! ¿Vos creés que yo te lastimo? ¡Pues esperá a crecer y me dirás! ¿Vos creés que yo no te quiero? Nadie en el mundo te quiere más que yo, porque te tuve nueve meses en mi estómago y te parí con dolor, fuiste la hija…

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Post frontera. (XII)

País de llegada: los mil oficios. Primera parte. Cuando estamos en el país de origen nos dicen cosas como: en dos años ahorrás y te vas de regreso, en tres años podés juntar para poner tu negocio y te vas, si mucho cuatro años y lográs ahorrar para pagarles la universidad a tus hijos, si trabajás bien en dos años ya juntaste para construir tu casa. Eso no me lo dijo mi hermana porque mi situación de salir fuera del país nada tuvo que ver con dinero, lo mío fue una depresión profunda. Trabajando como maestra y árbitra de fútbol…

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