La violación

El recuerdo más vívido que tengo de mi tío Romid es el de una Navidad que llegó a visitarnos a la zona 8 donde vivíamos en la capital guatemalteca. El tío Romid era el hermano mayor de mi Nanoj. La vecindad entera hacía fiesta y el baile era en el apartamento de una de las vecinas. No lo recuerdo con claridad pero yo tenía en ese tiempo seis o siete años de edad y le huía al baile, todos los niños de la vecindad bailaban menos yo. Recuerdo patente a mi tío Romid, alto, delgado, de ojos zarcos, rubio, con…

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Miseria en la yugular del capitalismo

Marco el número de teléfono y llamo, me atiende la recepcionista de la clínica, quiero hacer una cita con un ortopedista, me explica los requisitos, es una clínica exclusiva para gente paria. Solo los olvidados y explotados del sistema asisten a ese tipo de clínicas en Estados Unidos. Soy una de ellos, mi salario como indocumentada no da para pagar una clínica privada y no tengo seguro médico para ir a un hospital del sistema. El requisito principal es ser paria, el segundo llevar una carta autenticada donde se especifique el salario, ¿qué patrono quiere darle una carta autenticada a…

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El vacío

Espero con premura la noche para tenderme sobre mi cama y entrar en la etapa de la somnolencia y el limbo de la inconsciencia nocturna. No dura 6 horas como quisiera, a veces solo cuatro en algunas solo tres. Duermo sosegada tan solo breves instantes el resto de tiempo son sobresaltos y pesadillas. Derrotada recurro a las pastillas para dormir. Cuando abro los ojos y despierto es la hora más infeliz del día, porque me percato que sigo aquí en este intento de sobrevivencia que me consume constantemente. Dándole tiempo al tiempo, buscándole una explicación a mi vida, ofreciéndole una…

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El desamparo

Abrí la puerta de par en par, encendí el radio a todo volumen y comencé a hacer limpieza en la casa, estaba sola. Cuando estaba trapeando llegó el hombre del cable, conocido por toda la colonia y a quien medio mundo le tenía confianza, lo dejaban entrar a sus casas a revisar la conexión y las antenas, y también era quien pasaba cada mes cobrando la mensualidad. Se había vuelto amigo del arrabal porque si la gente no tenía dinero para pagar les cobraba hasta pasados los meses y sin mora. Lo dejé revisando el televisor y me fui a…

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La primera pelea callejera

Mi primera pelea callejera la tuve por ahí de pasados los ocho años de edad. Raras veces utilicé la puerta de la casa para salir, lo que me encantaba era saltarme el tapial de adobe del patio como lo hacían las cabritas. Y también lo hacía porque desde mi infancia hasta mi adolescencia mis salidas fueron clandestinas, sin permiso de mi mamá que cuando se enteraba me iba a traer de las greñas y a chicotazos a donde estuviera, aquello era un espectáculo de pago por ver.

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Escribir desde el propio caos

No sé en cuántas ocasiones me han preguntado qué escritores y poetas me han influenciado, mi respuesta siempre es la misma: ninguno. Si mencionara   por lo menos a uno estaría mintiendo porque he leído muy poco y por lo regular no termino los libros, pierdo la atención inmediatamente y me cuesta recuperarla, y tiene que ser un texto que realmente logre cautivarme para que yo lo termine de leer hasta el punto y final. Muy pocos textos han logrado calmar mi ansiedad, sosegar mi caos y mi delirio constante. Nunca he leído un solo clásico, me empalagan inmediatamente. No leo…

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Return

I come to return these films, le dije en mi parco inglés a la mujer que estaba atrás del mostrador. Para los últimos días de diciembre había ido a la biblioteca a prestar unas películas y unos libros pero perdí el recibo donde indicaba la fecha para devolverlos, no sabía si me había pasado  y cuántos días y mucho menos tenía noción de la multa por la demora,  porque nunca me había sucedido de entregarlos tarde.

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