Matilde y su musa de terciopelo.
Esa tarde Matilde se dirige hacia el puerto de Lisboa le gusta escribir mientras se desborona la tarde sobra la aguas saladas del mar. Está de vacaciones en Portugal como suele hacerlo cada verano, alquila una cabaña con vista al mar. Ahí durante ese tiempo es ella sin conductor de automóvil rentado, sin el ejército de editores exigiéndole un libro para publicar en cierto lapso de tiempo. En Lisboa y exclusivamente en el verano se deshace del abrigo de escritora y camina en sandalias, compra su comida en el mercado del pueblo y cocina sus cenas. Por las mañanas se…