El gladiolo que floreció en invierno.
Echaba de menos la querencia de su tierra, el clima seco y las tardes áridas donde el calor se aplacaba con palanganazos de agua regados sobre el polvo. Siempre fue un gladiolo hasta que lo emigraron como planta de exportación y fue trasplantado en otra tierra dentro de un tiesto abandonado en la soledad de un balcón, en ese extraño suelo le llamaban gladiolus un mote sumamente ajeno al sonido de sus oídos. En la comarca de sus nostalgias era una planta medicinal, también amuleto y sus pétalos llamaban la atención por su hermosura y sus intensos colores, en el…