Julita.
Despertó, abrió los ojos no pudo ver nada la densa oscuridad dentro del ropero no le permitió ver absolutamente nada. Está atada de manos y pies le duele todo el cuerpo. Comienza a llorar de nuevo ya ha perdido la cuenta de los días que lleva encerrada en ese lugar, lo último que recuerda fue cuando le desataron los nudos de la sogas que tenía atadas en los pies y la abrieron de piernas, un hombre con un cuchillo le cortó en medio ahí en su parte privada, la que no debía enseñar a nadie le había dicho su mamá…