Escribirte.
Escribirte en la coraza de un invierno apaciguado, escribirte con la brasa de un viento postrero, encontrarte en el letrero de la entrada de la plaza, y en éstas ganas que te abrazan en conspiración. Escribirte en la emoción de una noche perturbaba, en la mañana callada que te respira en la humedad, en la serenidad de un suspiro contenido, encontrarte en el nido del ave que emigró. Escribirte con la impaciencia de un amor enardecido y en el agua de los ríos que en poesía es su caudal, escribirte en la agonía de un ataque de histeria y en…