Amor del bueno.

Desde el año 98 en que mis papás vendieron la casa en Ciudad Peronia me juré no volver a descalzarme hasta que tuviera casa propia, y así pasé los años y así emigré, lo mismo sucedió con volver a sembrar flores y hortalizas, dije que lo haría hasta que tuviera un jardín propio. Mientras me secaba por dentro, porque mi vida son las hortalizas, mi fascinación es ver los tomatales crecer y oler por las mañanas las hojas frescas de orégano, de hierbabuena y cebollín. Ver madurar los chiles dulces y disfrutar cuando el culantro se llena de semillas. Eso…

Continuar leyendo…

La carroña de la mojigatería.

Estuve pensando en el título de este artículo porque quería que acentuara la conclusión de una trilogía que publiqué en días pasados, cada uno se entreteje con el siguiente y los tres en sí aunque no creo que los lectores lo notaron. Y fue mejor porque así pude realizar mi “trabajo de campo” libre de obstáculos. Las reacciones en cada artículo son heterogéneas. Utilicé tono y lenguaje variado para lograr medirle el pulso a la doble moral latinoamericana de un grupo cualquiera en cualquier país donde lectores comunes navegando en el ciberespacio ven el título de un artículo y les…

Continuar leyendo…

Revista Domingo.

Con regocijo de niña espero impaciente a que lleguen los domingos, y lo primero que hago después de preparar mi café, es encender el ordenador para leer Revista Domingo. Es un ritual que he realizado durante años, puntual. Cuando no puedo por las mañanas no dejo que se termine el día sin haberlo hecho. Revista Domingo es el puente que me permite atravesar el enorme abismo del tiempo y la distancia, para llegar infalible al reencuentro con el mercado de mis amores, y ver desde la puerta principal a la niña que vende helados en la esquina de la pollería…

Continuar leyendo…

En defensa de las verduleras.

De “Acta” de Roque Dalton, “Defensa de la alegría” de Mario Benedetti, “Un mar de fueguitos” de Eduardo Galeano, “Urge soñar” de Manuel José Arce, y “Los nadies” de Eduardo Galeano, “La bala” de los Hermanos Flores, “Si no me falla el corazón” de Los Tigres del Norte, “Bonita finca de adobe” de Ramón Ayala, “Dos gotas de agua” de Chelo, “La cama de piedra” de Cuco Sánchez, “Te ves buena” de El General, “Flor de Capomo” de Los Cadetes de Linares. De “El baile de la botella” de José Luciano, “La negra tiene tumbao” de Celia Cruz y “Lambada”…

Continuar leyendo…

Marta, la “Pelé mujer.”

Cuando la futbolista brasileña Marta Vieira da Silva, saltó a la fama internacional por su habilidad en el fútbol, a algún soplado se le ocurrió bautizarla como la “Pelé mujer” y así hasta el sol de hoy cuando se menciona la “Pelé mujer” se sabe que se refieren a la mejor futbolista que tuvo, ha tenido y tendrá la historia del fútbol femenino en el mundo entero. La “Pelé con falda” la llama el propio Pelé. Me apasiona leer biografías de mujeres deportistas, de hecho son ellas mi fascinación. En la mayoría las circunstancias de vida han sido de luchar…

Continuar leyendo…

Boceto de ti.

Boceto de ti, con esponjados nardos. Con tardes neblinadas y en el viento la poesía. Boceto de ti. Con las sonrisas de los niños jugando bajo la lluvia. Con las manos de las abuelas acariciando las nostalgias de las mocedades. Con el café caliente despertando las mañanas ataviadas en rocío. Boceto de ti. Con la primera ilusión del amor de paso. Con los regazos de los vientres maduros. Con la callejuela que espera austera a quien se fue. Boceto de ti. Con la noche pasajera que duerme en las vísperas de abril. Boceto de ti. Con el sexo vehemente de…

Continuar leyendo…

Luz de Candil.

La irrealización la encontré en innumerables intentos. La vi ataviarse de variadas apariencias. Conversé con ella tantas noches y tantísimas madrugadas. Le grité mi desencanto con mis venas ebrias y sobrias. Ese revés continuo de no saber hacia dónde ir, de encontrarme sin caminos, confinada en la desazón. La resistencia apabullada de tantear y tantear. De caer y rodar precipicios anímicos, contiendas contra el reflejo de mi mirada entristecida y extenuada en el abandono. El temor de no enfrentarla para no escuchar su queja y verme débil y devastada sin pertrecho alguno que me permitiera intentarlo de nuevo. Levantarme y…

Continuar leyendo…