El joven hindú

A este muchacho lindo, lo conocí en el 2012, para finales. Fui a comprar una ensalada a un restaurante de comida rápida y él atendía, estaba hablando por teléfono con su familia en India, allá era una celebración parecida a Navidad.
Entonces estaba toda la familia reunida y le contaban de la celebración y se escuchaba el bullicio de la fiesta en el vecindario. Y yo lo dejé que siguiera en la llamada y solo le hacía señas para decirle qué quería en la ensalada. Después de su llamada, como el restaurante estaba vacío comenzamos a conversar, como muchos de nosotros, indocumentados, llegó a Estados Unidos buscando trabajo para poder dar estudio a sus hermanos en India.

Su historia es como la de  millones alrededor del mundo. Alguien entró y antes de que él lo atendiera  le pedí favor que nos tomara una foto. Quería una foto con él, con otro de los miles de los millones que sacrifican tanto sin recompensa alguna. Nos despedimos con un abrazo de hermanos de carretera,  prestos a encontrarse nuevamente en algún lugar del camino, aunque en otras formas, en otros cuerpos y más allá de las fronteras: nómadas del tiempo.   Hasta donde esté le envío mi gratitud por ese momento compartido.

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Ilka Oliva Corado.
19 de diciembre de 2017, Estados Unidos.
 

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