Guatemala, paisito de mierda

Estamos en la pura mierda y no hay manera que decidamos salir de ahí. Hasta el cuello nos llega y preferimos chapotear en el estiércol que buscar la forma de sacar el país a flote.
En todos los sectores de la sociedad lo que se busca es ser el más avivado y sacar ventaja de la situación, para beneficio propio, los demás que se pudran. Y si nos toca pasar encima de otros lo hacemos con tal de obtener lo que buscamos. Gana siempre la ley del más trancero, el que tiene menos escrúpulos y el que tiene la sangre fría para usar de escalera al que se deje. Y a quebrarle el culo al que se cruce en el camino.

Siempre la pelea es por ver quién lleva la batuta, quién tiene el poder y quién recibe más lisonjas. Ver quién se puede aprovechar de la situación de desventaja de alguien más para cogérselo revés y derecho. Y ya lo cogieron y lo quieren coger de nuevo porque se sienten superiores en todo y quieren que le quede claro que son mejores y que tienen el poder. Y no hablo expresamente del gobierno, hablo de nosotros como sociedad. El paria que logra llegar a un nivel de educación superior o cambia sus estatus económico, quita la escalera inmediatamente para que los que vienen atrás no suban, se siente de otro nivel social y se dedica a menospreciar a los suyos, y escupe el único lugar a donde a pertenecido realmente.
El clase media que no es ni de aquí ni de allá, porque con un pedo que se tire baja inmediatamente de rubro y por más arrastrado que sea no sube a la burguesía, porque está más cerca del arrabal que de la carretera a El Salvador; actúa como oligarca y apoya cualquier forma de abuso a la clase trabajadora, porque según él pertenece a otro lugar.
Y ahí vamos pues, con la pelea entre etnias y géneros, indígenas contra indígenas, negros contra negros y mujeres contra mujeres; todos beneficiando al patriarcado y a la opresión. Porque ni dándonos con un palo en medio de los dos ojos se nos quita la mente colonizada. Y están los que se venden por un aumento de sueldo, por un automóvil, por un teléfono, por un guiño de ojo, por una entrevista o por una mención honorífica. Por un diploma y una butaca de mierda. Por una cuenta de banco en el extranjero o peor aún, por una cogidita.
Y así vamos manteniendo el sistema y nos convertimos en escaleras para que los que no tienen escrúpulos nos gobiernen. Lamentamos no ser ellos, no tener esos contactos y ese poder y no disfrutar de los privilegios de la impunidad a niveles exorbitantes. Entonces se voltea la moneda y somos nosotros los cogidos y re cogidos por otros más avivados que nos utilizaron en masa para el beneficio de las poderosas clicas criminales que andan en carros sin placas y blindados. Que salen en televisión y en eventos de sociales en los periódicos. Que asisten a exposiciones de arte y que se sientan en las primeras filas en las iglesias. Que toman vacaciones en el extranjero y menean los hilos de la corrupción sistemática.   Las reverenciamos con nuestra idiotez colectiva.
Y así minuto a minuto nos hundimos más como sociedad y como país, y felices nos tiramos clavados de panzazo en la piscina de mierda, asistimos a eventos de mierda, tenemos amigos de mierda, comemos mierda y somos una mierda. Mantenemos el sistema patriarcal de mierda, gobiernos de mierda con nuestra doble moral de mierda. Y pobre nuestro pequeño país, lo estamos haciendo mierda. Pero claro, los come mierda siempre son otros, no nosotros. ¡Mejor, vámonos a la quinta mierda!
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Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com
30 de marzo de 2017, Estados Unidos.
 

Un comentario

  1. Guatemala es un paisito de mierda porque lo habitamos gente pura mierda. Se castiga a los niños hasta con brutalidad el «contestar a los mayores», pero esos mismos mayores que quieren niños sumisos y callados, les enseñan que está bien hacer trampas en la vida. «Hace tus cositas» le dicen a uno; «Sin casa y sin carro ninguna mujer te hace caso»; «Los que hablan mal de Fulano son envidiosos» (y Fulano hizo su fortuna desfalcando al fisco y teniendo un buen «cuello» en una entidad de gobierno); «Los de los Derechos Humanos sólo defienden criminales» o bien el clásico «Si todos roban, por qué uno va a ser mula de no robar».
    Cuando el blog «Hunahpu e Ixbalanque» aun estaba vivo, apareció con esta entrada:
    http://hunapu-e-ixbalanque.blogspot.com/2012/01/tropico.html?m=0
    Y es la realidad de nuestra vida. El discurso inaugural del preso Otto Pérez Molina es todo un alarde del «guatemaltequismo». Militarista, protocolario, cantinflesco, ridículo, pero eso sí, con tiempos medidos en tonterías insustanciales y con tono solemne y cara agria como los limones.
    Somos un fracaso de sociedad arcaica donde el más «vivo» es el que todos debemos admirar: El que más «chupa», el más mujeriego, el que más rápido hace fortuna, el que roba y se sale con la suya, el que evade impuestos, el que hace todo con trampas, el que tiene el carrazo Ferrari (porque es muy «cholero» ahora esa onda de la 4Runner o la Tahoe) que lo trajo de USA escondido entre la ropa de paca…

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