El silencio que amuralla

Son miles los oprimidos sin nombre y sin voz.
Tantos los sueños que se llevó el río, en una cuneta los dejó.
Tantos niños maltratados, siguen siendo esclavos.
Niñas obligadas a parir han olvidado sonreír.
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Los abuelos con sus manos agrietadas, arrullando el tiempo tejen la nostalgia.
Las calles lloran en soledad la sangre de la dictadura. La herida viva, la desventura.
La noche guarda la memoria de los que ya no están.
La primavera dice que florecerá, ¿quién le confía?

A la voz de mando, escuadrones matando, arrancando la ternura de arrabal.
En el campo se secó la semilla,
No hay tapisca tan solo astillas, deforestada quedó la ilusión.
Se secó la quebrada.
No reverdeció el peñón.
La palabra,
¿Qué es la palabra sino se escribe, sino se pronuncia?
¿Qué es la denuncia sin corazón?
¿Qué es el silencio que amuralla?
¿Qué es el miedo que siempre calla?
¿Qué es un pueblo sin voz?
¿Qué es del otoño sin los arces?
¿Qué soy yo sin tu amor?
Ilka Oliva Corado.
16 de octubre de 2015.
Estados Unidos.

3 comentarios

  1. Yo, yo le confío a la primavera, se necesitan miles de pinceles y paletas, brochas finas, gordas, grandes, pequeñas para poderla pintar. Pero el buen albañil sabe que antes hay que limpiar…
    Abrazos, me encantó.

  2. Adelante con su poesía maravillosa. Desde Costa Rica.

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