Cuando voté por Portillo.

De verdad muchá, yo voté por Portillo. -¡Camorra!-. La única vez que yo voté en Guatemala lo hice por él. En mi ignorancia de patoja desinformada cuando le di mi voto fue porque pensé que como él también era “pobre,” nos entendía a los de pies descalzos y que haría un cambio en el país. Desconocía quién estaba atrás suyo y mucho menos lo que significaba el FRG.
Por eso comprendo muy bien a quienes en estas elecciones les sucederá lo mismo y darán su voto por razones similares a las mías, desconociendo el poder que tiene éste para colocar en la poltrona a ladrones y genocidas. Por eso quienes son letrados deben ser parte fundamental del cambio. No se les puede dejar todo el peso a las masas desinformadas y después acusarlas de acarreadas.
Comprendo muy bien a esas masas que van a los mitines políticos, que cobran su día y van a recoger su bolsa de víveres. ¿Con qué derecho les llamamos acarreados? ¿Qué otra cosa esperaban? Si el sistema ha colapsado, si no hay trabajo, si los que trabajan ganan una miseria en las maquilas, en las fábricas, en el corte de fruta, caña, algodón. ¿Qué esperaban? Llega alguien y les ofrece comida gratis y una bolsa de víveres por ir a asolearle, ellos van. Les va mejor ahí que en el día de trabajo, bien pijeado y mal remunerado. Por favor, no vengamos a creernos jueces y a señalarlos.
Le va mejor a un cargador de bultos de La Terminal, ir a un mitin político que ir a trabajar ese día, ¿cuántos de los que señalan a esas masas no se han dado su lujo de pagarle a un cargador para que les lleve las bolsas del mercado a donde están sus carros bien lavaditos? ¿Cuánto le pagan? Una miseria.
No todos han tenido la oportunidad de ese despertar de conciencia, galán quienes sí lo han logrado, triste y deshonroso que no sean parte del cambio.
Entonces con qué derecho esos docentes universitarios (adoro a los docentes universitarios por eso los tengo entre ceja y ceja) se atreven criticar a esas romerías que van a las concentraciones de candidatos políticos, si en sus salones de universidad ellos no se dignan siquiera a tomar cinco minutos de sus clases para hablarles a sus alumnos de lo que sucede en el país, en un intento por despertarles la mente y la conciencia. Esos docentes son más culpables que quien da el voto a un ladrón, porque el que vota desde su ignorancia lo hace con su necesitad de cambio, pero el que vota a sabiendas, merece que le den candela.
Y no hablo solo de los docentes de universidad, también están los de diversificado y los de los básicos, porque entre más temprano se le despierte la mente a los patojos es mejor. Pero como son echados, solo llegan a pararse ahí (sin generalizar) para recibir su sueldo a fin de mes. Los pocos que sí se esfuerzan son rechazados por el claustro (de mediocres) y se ganan el mote de bochincheros, -¡y a mucha honra!- y ven la manera de que lo despidan.
Aunque en esta lucha contra la corrupción y las clicas criminales todos tenemos responsabilidad de acción, no solo los docentes universitarios.
Me molesta cuando escucho decir a los letrados, ¿pero es que cómo se venden por un quintal de maíz y una pala? Y yo les pregunto, ¿y qué esperaban? Hay sequía en sus pueblos, se están muriendo de hambre, no hay ayuda gubernamental alguna, no hay siquiera agua potable y ni un solo Centro de Salud para las emergencias; de pronto llega una caravana de tacuacines (con el perdón de los animalitos) y les ofrece una quintal de máiz, una piocha, un machete y una pala, todo a cambio de una firmita –culera- o de la huella del dedo pulgar sobre un papel –culero que sabrá el sereno para qué les sirve, en el pueblo sería para ir al baño- no pierden nada, al contrario, ganan porque tendrán para las tortillas de unos días y sus herramientas de trabajo.  Eso los letrados no son capaces de comprenderlo, así humanamente desde el hambre y la necesidad, eso lo saben solo quienes viven poniendo el lomo para recibir palo.
Vaya, quien ignora, quien es parte de esas masas, no sabe que se está vendiendo a cambio de un quintal de maíz…. en cambio yo pregunto, ¿por cuánto se vende el letrado que sí está consciente de lo que hace?
Cuando el letrado sea capaz de colocarse en los pies de los marginados entonces habrá un equilibrio, y les nacerá la conciencia pura, limpia, solidaria, no antes, no desde sus cartones, desde sus oportunidades, no desde su buena oratoria.
Si un letrado realmente quiere un cambio para el país debe involucrarse, porque atrás suyo están esas masas ignorantes, vilipendiadas, si el letrado quiere una Guatemala distinta tiene que bajar a los barrancos, a las alcantarillas, tiene que ensuciarse los zapatos con esa mierda donde chapotean los pies descalzos de los niños parias. Tiene que ser capaz de sentir la misma angustia, el mismo amor a ese pedacito de tierra. Entonces sí comenzará a reconstruir Guatemala desde los cimientos, hombro a hombro con los nadies, para que Guatemala sea un país inclusivo, donde florezca la equidad, libre de discriminación y racismo. Sin violencia de género, donde no mueran sus niños debido a la hambruna. Donde una mujer no tenga miedo de salir a la calle sola porque la van a violar.
Debe echarse sobre el lomo el costal del cargador de bultos de La Terminal. Sentir la sangre quemándole los dedos como lo sientan los que cortan algodón. O la piel ardiendo como les sucede a los que cortan caña. Ir a acarrear agua a kilómetros de distancia. Solo bajando a los cimientos, el letrado tendrá noción de lo urgente que es el cambio para el país.
Sentir la invisibilidad de los que viven en las periferias. El cansancio de los albañiles, de las mujeres que trabajan en las tortillerías, frente al comal, todo el día.
Vaya pues, no es solo de llenarse la boca y de exigir, para tener el derecho de exigir uno tiene que hacer primero. ¿Cuántos letrados están haciendo algo para que el cambio en el país realmente suceda? Déjenme decirles que sentarse a echarse los tragos, una taza de café o té con colegas y hablar de lo mal que está el sistema político en el país, no ayuda en nada. Tampoco ayuda en nada que todo esfuerzo suyo se reduzca a un estado en su muro de Facebook, o a un texto en tuiter, o sea para que no digan. ¿Un cambio? Un cambio necesita del tesón de todos. Nos merecemos un país mejor, ¿lo podremos construir?
Posdata: si ustedes vieran cómo trabajan sus paisanos indocumentados en este país, y el trato que les dan, dónde y cómo viven; les prometo que hicieran todo lo posible para que ese retorno masivo fuera real, y que el país tuviera los recursos para brindarles las oportunidades que no tuvieron cuando se fueron. Esa migración es forzada. No olvidemos a los que están fuera y no obliguemos a otros a irse.
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Mayo 08 de 2015.
Estados Unidos.