Guatemaltecos apocados, eso somos.

Lo del caso de La Línea y la boñiga que atesta el Estado y el sistema de justicia en el país, vino a destapar una reposadera. Vino a evidenciar lo que ya se sabía a todas voces, ¿a alguien le causa sorpresa? No, creo que no. Bueno, partiendo de ahí entonces no veo por qué razón seguimos los guatemaltecos haciendo mofa de nuestra inconsecuencia, de nuestra mediocridad. Tal vez sea porque sacarle chiste a los desfalcos y a las faltas de respeto de este Gobierno de ladrones y genocidas, no requiere de mayor responsabilidad, es bien aceptado por la sociedad y nos reímos un poco. Reír no es malo, la creatividad es hermosa, aquí el asunto es que preferimos salirnos por la tangente para no vernos en la terrible necesidad de evidenciar nuestro apocamiento como pueblo. Esa mezquindad que como testimonio de una sociedad indiferente comprueba que merecemos el Gobierno que tenemos.
¿Por qué insistir en el tema de la Cicig? ¿Por qué no darle carpetazo si de todas formas ya sabíamos que el sistema de justicia es una lata? Por eso mismo, porque es hora de darle un giro a esta realidad que se empecina en llenarnos de temor y de darle anchas a nuestra mediocridad con el pretexto de que algo nos puede pasar si salimos a las calles. Solo saliendo a las calles nos haremos escuchar. No existe otra forma. De nada valen los comunicados, de nada vale una firma de licenciado…, el licenciado sirve si sale a poner el pecho junto al campesino. El doctor sirve si camina junto al obrero. Cuando se vuelven personas consecuentes en acciones más allá de los títulos. Los títulos hay que dejarlos para cuando toque echar punta en su profesión. A la calle se va con el alma, con la conciencia, con el amor al terruño, a las semillas que vienen brotando y a nuestros ancestros. A la calle se va con humildad y con arrestos. Los títulos en esas instancias sirven nomás como papel higiénico. Pero si quiere llevar su cartón por aquello de las emergencias también es válido, esos son detalles nomás, lo importante en su presencia, ser parte de ese mar de expresión pidiendo la renuncia de los traidores y justicia para que se pudran en las mazmorras.
Ya estuvo bueno de resignarnos con el “es que ya sabíamos.” Esto no se termina hasta que se acaba y apenas recién se destapó el desagüe. Para aquellos que tienen la comodidad de firmar comunicados desde la facilidad de sus oficinas o casas y con esto creen que ya hicieron lo que podían y debían, déjenme decirles que pueden llevarlos el día de la manifestación que mucha falta harán para las emergencias de tripa. Salgan a poner la cara con los peones y con todos los indignados rasos. Ahí se demuestra la solidaridad, lo demás son egos. Funciona si junto al comunicado también manifestamos en persona. Las palabras se las lleva el viento, en cambio cuando la sangre hirviente se manifiesta deja la huella imperecedera por transformadora. La semilla no brota con los truenos, ésta crece con al gua de los torrenciales. Seamos torrencial. Seamos lluvia.
Docentes universitarios seamos capaces de atizar la sangre fresca de los alumnos. Estudiantes universitarios, seamos capaces de demostrar que ese privilegio de la educación superior no nos queda grande. Y tampoco pensemos que con un día de manifestación ya cumplimos y hasta de sobra. Que esto sea el inicio de una lucha colectiva por salvar Guatemala. En la que nos vamos a sentir fatigados, decepcionados y con ganas de renunciar pero que también nos dará la oportunidad de sacar al país del estiércol en donde lo tenemos. Sí es culpa de los políticos, es culpa de los ladrones del Cacif, de los genocidas, de los letrados vendidos, pero también es culpa nuestra por apáticos y por solapar con nuestro silencio. Tan responsables como ellos somos porque los hemos dejado a sus anchas.
Como pueblo que soy, siempre mi enfoque será hacia éste, porque sé que si nos comprometemos podemos hacer cambios, todo es cuestión de que nos decidamos a hacerlo. Es válido manifestarse desde cualquier trinchera pero es obligatorio salir a las calles. No seamos apocados, derrochemos alegría, sí. Derrochemos arrestos. Derrochemos Memoria Histórica. Cantemos, bailemos, gocemos, pero también seamos consecuentes con nuestro país. Con esa Guatemala que nos necesita tanto.
No descansemos hasta hacerla florecer de nuevo. Seamos semilla. Seamos agua de lluvia. Seamos ese abono que tanto necesita. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién?
Dejemos de apocarnos, de ser ese pueblo que como peste se propaga convirtiendo en yermo cualquier parcela.
¡Ahora es cuando hierbabuena le has de dar sabor al caldo! Ahora es cuando hay que salir de nuestras vitrinas, chiqueros, salas de estar, oficinas, moteles y trincheras a abrazar Guatemala, con nuestro ronco pecho, con nuestra sangre roja y con nuestra dignidad. Y no detenernos hasta haber logrado sacar del Estado a esa peste que nos está devastando. Salgamos a dignificar Guatemala. No solo con lo concerniente a La Línea. Reestructuremos los cimientos de este país. Puta, me extraña muchá. Dejemos por un lado las clases sociales, las religiones, los egos, todo lo que nos divide y seamos uno solo. ¿De qué otra forma podremos sacar a Guatemala del agujero? Solo uniéndonos. ¿Seremos capaces? Tan solo son necesarios dos dedos de frente y la sangre roja. Eso nomás. Las maestrías las pueden dejar descansando en sus casas. Más que los cartones, son sumamente necesarios los arrestos. ¿Quién los tiene?
¿Aló, aquellos que andaban con la bulla de las fotos tipo porno para homenajear a Jacobo Árbenz? Salgamos del estudio fotográfico y de nuestra clase media y vamos a demostrar que sí, que no es solo para la foto. Que vamos a abarrotar las calles.
¿Tan bonito que se lee en papel verdad? Qué calidá. Pues más calidá será si salimos a las calles y no regresar a nuestras casas hasta haber logrado el cambio que se necesita. Era para ayer. Dejemos de ser los típicos guatemaltecos apocados. Derrochemos dignidad y consecuencia. Ya sé, más de uno va a decir: ¡no hay que gastar pólvora en zanates! A eso le llamo yo, apocarse.
#CICIGsí.
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Abril 20 de 2015.
Estados Unidos.

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