¿Aló Guatemala?, salgamos del “me gusta” y abarrotemos las calles.

Es que resulta tan cómodo dar un “me gusta” en Facebook o retuitear algo que otro escribió y sentirnos con esto satisfechos en nuestra participación ciudadana. Hasta empachados de tantos “me gusta” que andamos poniendo nomás para que digan, o porque sí nos gusta pero ahí nomás; ni que piensen que vamos a salir a las calles. Porque aquí entre nos esa burbuja de las redes inalámbricas es más confortable, no requiere mayor esfuerzo, con un teclazo -tecladazo o como se diga-  ya estuvo, muerto el chucho se acabó la rabia.
Pero que no nos digan que ese “me gusta” lo hagamos de carne y hueso con nuestra presencia física porque ahí si no, fíjese que no, por todos los pretextos habidos y por haber pero no, hacer eso ya no es de nuestra jurisdicción de niños bonitos y peinaditos. Eso lo que lo hagan los de a pie, a puta yo soy letrado, mi esfuerzo –mordida- me costó graduarme, yo pertenezco a otro nivel, mi sombrero que voy a salir a asolearme, que vayan los majes.
No si eso yo ya lo hice cuando era patojo, ahora de viejo me toca descansar, yo ya hice lo mío, ahora que haga la juventud. No si yo no voy porque por andar de bochincheros se tuercen a la mara, mejor aquí quieto en mi chante viendo los partidos de fútbol de la liga española. Nel, están mejor los juegos de béisbol que vemos por cable. Está mejor el coge, de maje voy a ir a pararme ahí, con un “me gusta” los apoyo y si quieren bueno y si no pues que se echen cal.
Puta, si yo soy docente universitario cómo voy a andar manifestándome como los patojos que andan quemando llantas, se ve mal y hasta el hueso puedo perder. Mejor el “me gusta” o retuiteo. Con eso de que las redes sociales son la no sé qué potencia mundial, dar un “me gusta” resulta un acto heroico en estos tiempos. Retuitear surte más que ir a pararse ahí con los desempleados y con los haraganes y esos moteros que andan manifestando en las calles. Que vayan los mulas, yo paso.
Yo soy doctor, cómo voy a ir a manifestar, que vayan los huevones que no tienen trabajo, o esos guerrilleros de mierda. Yo soy licenciado, mis tiempos de estudiante rebelde ya pasaron, ahora que le toca a los patojos.
Yo soy un artista de renombre, cómo voy a ir a manifestar. Yo cineasta, yo arquitecto, yo fulano, yo mengano, yo, yo, yo, yoyo. A la mara se le suben los humos, el estiércol a la cabeza y no hay manera que le circule la sangre roja por las venas, el arco reflejo es otrora. La capacidad de reacción se la anuló la marmaja que ganan como letrados gracias a que utilizan los títulos para embaucar a los ingenuos.
Yo soy ama de casa, no iré a manifestar porque mal ejemplo les daré a mis hijos.
Pretextos sobran para hacerse la bestia, arrestos son los que hacen falta. Guatemala tiene que salir de esa burbuja de las redes sociales y abarrotar las calles, que ese “me gusta” o ese retuiteo sea de carne y hueso. Que lo sienta en el corazón. Que ese # sea de voz y pecho. Guatemala necesita que los letrados salgan de su comodidad de niños bonitos y vayan a apoyar a los de a pie. Guatemala nos necesita a todos, sin distinción. Era para ayer, esto es de sacar fibra. Esto es de maletear unas tortillas con frijoles y arreglar un cutumbo de agua y salir a las calles a apoyar. Esto es de que ese título –culero- universitario nos sirva para algo. Esto es de que la “intelectualidad” no se quede en el circulo de colegas y amigos y que se ponga un par de tenis y salga a las calles a volar pata, como todos, con todos, siendo todos.
Pero es que se me olvidaba, somos guatemaltecos. Ahí está el detalle. Nosotros no despertamos ni a genocidio tras genocidio. Es más, lo negamos. Hacen caballo en nosotros y les aplaudimos, hasta las gracias les damos. Pero eso sí, sacamos a relucir nuestro buen humor y para la mofa nos pintamos solos, a lo más agrio le sacamos chiste, pero que no nos digan de arrestos porque ahí los tibios se vuelven huevos de sombra.
Guatemala nos ha necesitado siempre, lleva décadas implorando por nuestra ayuda, por nuestro respaldo como pueblo, como sociedad. ¿Y qué le hemos dado? Un resto de patadas en el culo. La hemos dejado sola. De los pocos que han tenido arrestos la mayoría está bajo tierra. Los dos o tres pelones que intentan hacer verano son tratados de haraganes, de aprovechados, que el hueso quieren que por eso andan velándolo.
En fin, somos la mediocridad. Somos una peste. Apática, dejada. Cómoda. Salgamos del “me gusta” en las redes sociales y abarrotemos las calles, demostremos que el pueblo está pijeado pero aún no ha muerto. Que tiene dignidad, que aunque se lo han majeado tantas décadas –siglos- tiene los arrestos y la entereza y la Memoria Histórica. Que tiene la raíz y la identidad.
Salgamos de las redes sociales (¡aló clasemedieros!) y demostremos en las calles que no vamos a seguir solapando desfalcos, violencia institucional, faltas de respeto.
Salgamos a apoyar a la CICIG sí o sí. Todos. Esto es obligación de todos. Que ese “me gusta,” que ese retuiteo salga de nuestro ronco pecho. Hombro a hombro. Salgamos a pedir la renuncia de Roxana Baldetti y Otto Pérez Molina. Dejemos los humos para una tarde de té, ahora se necesita arrestos.
¿Qué opinan? Aparte de mi lenguaje de Ciudad Peronia…
Posdata: y no se vale intentar golpes bajos  con eso de que “como ella está en otro país, que se venga a echar punta aquí.”
#CICIGsi.
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Abril 20 de 2015.
Estados Unidos.
 

3 comentarios

  1. ¡¡ Se siente se siente Guatemala está presente!! …. Las calles son nuestras, protestar es un derecho,
    un abrazo LLka

  2. Dennis Orlando Escobar Galicia

    Pues casi junto a tu escrito me llegó la convocatoria para ese sábado a las tres de la tarde. Claro que estaremos apoyando a la CICIG y rechazando a la mafia que ha convertido a Guatemala en un botín.

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