Reliquias de arbitraje.

Durante muchos años no toqué ese álbum de fotografías. Lo metí dentro de una bolsa negra y lo guardé en un rincón de la librera en mi cuarto. Dentro estaba el vestigio de mi sueño fracasado. Limpiaba la librera, movía los libros de lugar y el álbum dentro de la bolsa negra seguía ahí, el solo hecho de pensar en abrirlo me ponía de mal humor.
Dentro estaban las fotografías de mi paso por el arbitraje guatemalteco y algunos recortes de periódico de las pocas entrevistas que di. En un sobre aparte guardé los recortes de periódico de las entrevistas que me hicieron en Estados Unidos, tampoco me interesaban. Ambos guardaban el moho del lastre emocional que me persiguió todos estos años fuera de Guatemala. No, no es demasiada exageración, no es aferrarse a algo que no fue, no es empecinarse en seguir atada el pasado. No.
Es tener que soportar el suplicio de haberlo dado todo y que la oportunidad fuera negada por la inequidad de un género patriarcal y prejuicioso que se basa en estereotipos para hostigar y desmoralizar todo ímpetu de evolución que tenga una mujer. Así es el arbitraje guatemalteco. Las migajas son para las mujeres, las oportunidades para los hombres bien. Es inaudito, es un acto de misoginia pedirle sexo a una mujer a cambio de un ascenso, de una oportunidad que se ganó con sudor propio. Y es algo que siempre voy a denunciar y no es para ahondar en la herida y no es para andar con mi coraza de mártir, es porque esto tiene que acabar, es porque no podemos seguir alimentando el patriarcado machista y abusador. Es porque así como yo lo han vivido millones de mujeres en todos lados. Es porque nos corresponde a todos acabar con esto.
Tengo mucho que agradecerle a Estados Unidos y siempre lo diré y nada tiene que ver con su política exterior, este país también tiene sus cosas buenas, yo le agradezco haberme brindado la oportunidad de realizar mi sueño de ser árbitra internacional, de haberme tratado sin distinción de género y verme como un ser humano profesional en su trabajo. Sin ningún tipo de acoso. Eso le agradezco enormemente a la USSOCCER. (Federación de Fútbol de Estados Unidos). No logré ser internacional porque no tenía los documentos de este país, pero las puertas sí las abrió y de par en par. No quedó en la Federación que yo no lo hiciera realidad. Fue cosa del destino, tenía preparado otro camino para mí. Mi senda eran las letras.
Ver esas fotografías que ahora son unas reliquias en mi vida me llena de emoción, ya no significan el fracaso, son la huella de mis intentos bien hechos, son la prueba de mi pasión, de la entrega, de la lucha. Son la prueba de que he vivido intensamente.
No hay nada más íntimo que yo pueda compartir en mi blog, estas fotografías y estos recortes de periódico son lo más íntimo que tengo y que guardé con recelo para protegerlos de mi furia y de mi desencanto. Hoy en día otro sol alumbra en mi vida, el sitio baldío ha vuelto a florecer. Y estas fotografías son parte de mi historia de vida, de mi cabello cano, de mis alegrías y tristezas. ¿Por qué no compartirlas? No tengo nada de que avergonzarme, al contrario siempre será mi orgullo saber que fui parte del arbitraje femenino en Guatemala y Estados Unidos.
Y sueño que el fútbol femenino crezca y que sean las mismas oportunidades para todos los seres humanos sin importar el género.
En enlace permanente estará en una de las ventanas que se encuentran al pie de la fotografía principal del blog, con el nombre de Reliquias del arbitraje.
Salú por el fútbol y el arbitraje femenino.
Posdata: Qué cosas tiene la vida, ¿quién se hubiera imaginado que yo saltaría del arbitraje a la literatura?
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Marzo 19 de 2015.
Estados Unidos.

Un comentario

  1. Vueltas dá la vida corazón, y que bueno que tu nariz apunto para las bellas artes; y de ellas, la literatura y tener la capacidad de decirle blanco al blanco y vino al vino. Tener la gracia para darle forma y poder expresar todo eso que a muchos, se nos atosiga dentro del pecho y no podemos decir. Sos mensajera de muchos que vivimos y experimentamos una u otra de tus experiencias y atravez de tus crónicas, las sentimos nuestras. Recorda que somos la suma de lo que vivimos y todas las reliquias y todos tus recuerdos buenos o malos, tus experiencias, las palabras que dijiste o te dijeron, lo que toda la vida haz comido o bebido; forjaron y tallaron la Ilka que hoy comparte con nosotros su vida, su ir o venir, sus sueños, sus metas, su alegria y su tristeza. GRACIAS y siempre para adelante, que para atras, ni para agarrar impulso.

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