Bautizos en la USAC: vergüenza San Carlista.

Lo de vergüenza se queda corto. No es vergüenza lo que nos causa a los San Carlistas de verdad, es un repudio absoluto al abuso, al irrespeto y al remedo militar que son los bautizos de inicio de ciclo escolar en la Tricentenaria Universidad –de mis amores- de San Carlos de Guatemala.
De alegría, de fiesta, de bienvenida no tienen ni la pura rosca. Este tipo de vandalismo debería estar prohibido desde hace décadas y mandar a trabajo forzado a cualquier maleante encapuchado que se las lleve de muy salsa para abusar, pero que sin capucha se caga en los pantalones.
Con el rostro escondido, bajo la consigna de honrar el color de cada facultad, las capuchas que antes fueron carnaval, se han vuelto las primeras encubridoras de excesos que quedan en la impunidad. Repudio total al irrespeto a la capucha, que se la ponga el que esté dispuesto a quitársela para dar la cara y rajar ocote cuanto se necesite, que la honre con sus acciones y su comportamiento digno. Debería ser un honor portarla como signo de lealtad y amor a la San Carlos. Así es que el primer atropello en los bautizos es el irrespeto a la capucha y segundo; la cantidad de abusos que comenten los rostros anónimos escondidos atrás de éstas. En opinión personal no estoy de acuerdo en el uso de capuchas, mucho menos en bautizos, nunca participé en uno y para mí ser San Carlista va mucho más allá de desfiles bufos, de declaratorias de huelga, ser un San Carlista digno es cosa de todos los días en todos lados, dentro y fuera de las fronteras patrias, la acción es la que habla por sí misma.
Para honrar a la Universidad de San Carlos –de mis amores- se necesitan arrestos y estos no duran unas pocas horas de pachanga, de desquicio, esto es cosa de toda la vida. Por eso son pocos, muy pocos los que tienen el privilegio de decir que son San Carlistas de verdad. Es más, hasta mencionarlo es redundar, el que es perico donde quiera es verde. Y quien no pueda con el paquete que busque una universidad privada.
Tristemente no es secreto que la USAC está copada de delincuentes, paramilitares, mafiosos, bandas de secuestradores, orejas, ojetes, y mediocres: empezando por rectores rastreros y siguiendo con   un número galán de docentes que se venden, que acosan alumnas, que regalan títulos a cambio de una “cogidita” o “mamadita”, a cambio de un depósito en su cuenta bancaria. Siguiendo con alumnos que hacen todo a cambio de un título universitario que les acredite un puesto y un conecte donde puedan ejercer a sus anchas lo que nunca aprendieron honradamente en el Alma Mater.
Duele en el alma, sí. A los de hueso colorado nos duele en la médula. Pero dejando por un lado el ferviente amor San Carlista, como sociedad debemos denunciar el abuso y repudiar este tipo de bautizos que solo son focos de violencia disfrazados de carnaval universitario. Existen denuncias que en los bautizos recientes, alumnas de primer ingreso han sido abusadas sexualmente, lo que por supuesto es negado rotundamente por el Honorable Comité de Huelga y personajes de la AEU, solapado por los distintos sub-comités. ¿Cómo se puede saber quiénes fueron los que abusaron si tenían una capucha puesta? Pero ni en los tiempos del conflicto armado interno que quienes violaban no se escondían. Hasta para violar hay que tener los huevos bien puestos y la sangre fría.
¿Cómo se puede castigar al violador si era un cagón escondido atrás de una capucha? Que bien pudo ser un oreja, un ojete, un representante de la AEU, del Honorable Comité de Huelga –sin el habitual camisón negro- un docente, un secuestrador, un asaltante cualquiera que se metió al bacanal y aprovechó el despiste para abusar de las alumnas.
Yo no niego que sea una alegría participar en las actividades de bienvenida y sentirse parte de la Universidad de San Carlos, tampoco que el fin de los organizadores sea abusar alumnas, emborrachar o drogar novatos y transgredirlos, pero lamentablemente los excesos tienen consecuencias serias, no hay que dudar ni por un segundo que hubieron infiltrados, -siempre los hay- que ayudaron a que esto se saliera de las manos. Por esa razón es necesario terminar con este tipo de actividades sí o sí, para salvaguardar la salud y la integridad de los alumnos. Vamos a ver si es cierto que el Honorable Comité de Huelga, que se jacta de tener el control de estas actividades, y la AEU, son capaces de  denunciar a los violadores y entregarlos a la ley para que sean juzgados con todo el peso de la justicia.
Para despertar el amor por la USAC a los novatos no es necesario el bacanal, ni la fuerza, ni la obligación, el amor nace solo, solo. Nuestra Alma Mater solita se hace querer, sin necesitad de capuchas ni de declaratorias de huelgas, ni de desfiles bufos. Querer a la universidad es honrarla con nuestras acciones todos los días. Ser consecuentes, saber que la educación superior es un privilegio en un país como Guatemala y que es nuestra responsabilidad respetarla, no solo como egresados, sino como ciudadanos y hermanos; hijos de una misma vena obrera, campesina y proletaria.
Siga siendo la Tricentenaria Universidad –de mis amores- de San Carlos de Guatemala, la más hermosa de las flores silvestres que llenan de colores la ilusión de la educación superior.
¿Y usted respetable lector, qué opina de los bautizos y abusos sexuales en la USAC?
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado
Febrero 14 de 2015.
Estados Unidos.

6 comentarios

  1. Esta práctica primitiva simplemente tiene que desaparecer, bajo ningún punto de vista es aceptable que siga esta mal llamada tradición, en el artículo se dejan bien claras las razones, no hay más que agregar.

  2. Yo tenía 17 cuando entré a la San Carlos, facultad de Medicina Veterinaria, participé en el bautizo el cual fuera de dejarme el olor a ajo por dos meses, no se salió de las manos. Inclusive, los mismos miembros del comité de Huelga de la Facultad se volvieron mis amigos. Por ser un comité bastante pequeño (no éramos más de 20 miembros) nunca llegué a ver nada que considerara un abuso, de hecho las mujeres del grupo éramos las más protegidas, nunca llegué a sentir miedo de nada, ni de nadie.
    Pienso que el problema no es la tradición, el problema son las personas que la ejecutan.
    Al final la USAC es parte del sistema (autónomo o no) y el sistema está corrupto. Al igual que la sociedad, hasta que los estudiantes sean más valientes y dejen de ver por el bien de su propia nariz, entonces las cosas van a empezar a cambiar.

  3. Excelente narracion de lo que es, el «bautizo» en la USAC no son mas que unos TROGLODITAS……..que verguenza ajena !!!!!!

  4. Dennis Orlando Escobar Galicia

    Gracias por animarnos a esos que no somos como esa masa de cobardes y sinverguenzas. Hoy usted se ha convertido en nuestra vocera. Muchas gracias.

  5. Dennis Orlando Escobar Galicia

    Excelente su comentario. A decir verdad es lamentable que la USAC se está volviendo una cloaca de sirvenguenzas, empezando por las más altas autoridades. La otrora AEU se ha vuelto un nido de rapaces que actúan al igual que los militaroides. Laboro en una de esas facultades en donde los estudiantes se creen muy machos demostrando que saben beber y darse a trompadas con los indefensos. En la misma que en estos días se ha evidenciado como una de las más salvajes unidades académicas de la USAC. Su comentario lo haré llegar a todos los que estén en mi directorio y seguramente al igual que yo se desahogarán porque alguien desde muy lejos dijo lo que lo nosotros queremos decir. Gracias, muchas gracias.

    • ES muy difícil luchar contra la corrupción, contra la haraganería de las masas, contra la prepotencia de los cobardes, es difícil ser docente íntegro en un lugar como la USAC que cada día la desmoronan. Pero hay que seguir, porque así como hay masas desleales estamos los que amamos a nuestra Alma Mater.

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