Remedios.

Me agarró del pelo y me tiró sobre las vías del tren, me dijo que si no colaboraba me iba a ir peor. Yo llevaba a mi niña de tres años porque en California nos esperaba su papá, mi esposo. Ya había enviado a mis dos niños grandes de 10 y 12 años. Se los llevó un coyote del pueblo y los pasó por el lado de Tijuana. Solo quedábamos mi niña y yo, esperamos un año para ahorrar y ajustar para pagar lo del coyote y el traslado.
Pues uno vive en la miseria y buscando sustento y mejor vida para nuestros hijos fue que decidimos emigrar. Él trabajaba de ordeñador en una finca pero apenas alcanzaba lo que le pagaban, yo lavaba ropa ajena. Primero se fue mi esposo y a los dos años mandó por mis hijos y un año después por nosotras.
El coyote que contratamos nos dijo que nos iríamos en la Bestia porque era lo más seguro en esos días pero nos engañó porque solo llegamos a Veracruz y nos entregó a unos narcotraficantes. Nos vendió, ahí mismo le dieron mil dólares por cada uno, éramos nueve. El infeliz se fue contento con su dinero y nos dejó ahí.
A las mujeres nos violaron ahí mismo, nos dijeron que teníamos que colaborar o nos iba a ir peor. Uno de ellos me agarró del pelo y me tiró sobre las vías, no me recuerdo cuántos nos pasaron encima porque nos golpeaban y nos insultaban mientras nos abusaban. A mí me dejaron sangrando toda, no podía ni caminar. Iban niñas también que viajaban solas con otros coyotes, a esas pobres criaturas se les fueron encima como chuchos los desgraciados, las hicieron leña.
A los hombres los golpearon con bates y los amarraron de las manos y de los pies con unos cables de luz.
A mi niña me la quitaron y se la llevaron no sé para dónde.
Nos tuvieron veinte días en una bodega y llamaron a nuestras familias en Estados Unidos para que pagaran el rescate, mi esposo pagó $10,000 por mí pero por mi niña querían $15,000 y como no ajustamos me dijeron que jamás la volvería a ver. Les imploré que nos dieran más tiempo pero no quisieron. Me dijeron que les pagaban mejor si la vendían en un burdel para que se la cogieran, así me dijeron con esas palabras. Se reían los desgraciados, me dijeron que en los burdeles pagan buen dinero por las niñas tiernas. ¿En dónde está mi niña?
Salimos de El Salvador buscando progreso y nos desgraciaron la vida.
Remedios, salvadoreña, 37 años, indocumentada. Trabaja cortando naranjas en Estados Unidos.
Ilka Oliva Corado.
Noviembre 06 de 2014.
Estados Unidos.

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