Post Frontera, el libro vuelto la parcela de mis amores.

«El migrante es un muerto que camina sin nombre y sin entierro.» -Sacerdote Pedro Pantoja.

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Me asomo por la ventana de mi habitación y observo la escarcha de la época del frío yaciente sobre la grama y las hojas de los arces que están al otro lado de la calle. Es otoño, el mismo que me recibió cuando emigré y me convertí en inquilina a cientos de miles de kilómetros de mi natal Comapa y de la periferia que me vio crecer, allende de mi Guatemala.
Me hechizó el gris plomizo de sus cielos bajos y la niebla espesa que sosiega el paso de las hojas secas que arrastra el viento hasta el confín. El limbo de sentirme extranjera y al principio sin nido y sin parcela donde sembrar mi desarraigo, para que se convierta con las lluvias de la primavera en enredaderas de frijol camagua y flores de las diez. Para que amarille en flores de chipilín y chacté. Para que rojee en tonalidad de tejas, adobe oreado, flores de pito y jocote de febrero.
Para que tenga el verde botella de las montañas que abrigaron mi infancia y el calor del rescoldo del polletón de la cocina de mi abuela. Para convertirlo en aldea y arada, entre barrancos y cáscaras de encino. Para que el olvido no pueda arrancar la lindeza de la tierra donde mis pies de niña saltaron charcos y mis brazos comenzaron la transmutación para convertirse en alas de golondrina migratoria.
De eso trata Post Frontera, de lo que se siente, se vive, se sueña, se olvida cuando se emigra. De la nostalgia, el presente indocumentado, de la enorme frustración, de sentirse fracasado, de tratar incansablemente de rescatar de la diáspora, la amargura y de la nieve del tiempo lo esencial de la memoria para que la lejanía no calcine la raíz, para que la realidad no duela tanto.
Post Frontera es la ensoñación del ayer y hoy en la vida de una emigrante indocumentada cualquiera. Es mi obra maestra escrita con la entraña, la honestidad, el desazón, el estigma de la oscuridad y la ilusión de   la luz en la vida de una niña de periferia, una mujer extraviada entre la multitud del éxodo que como herida incurable viven millones alrededor del mundo.
No lo pensé, ni siquiera fue un libro planificado. Post Frontera se gestó como seguimiento a la primera serie publicada en mi bitácora Crónicas de una Inquilina y otros medios independientes que tuvieron el aplomo de difundir y brindarme el espacio de expresión, se llama: Travesía desierto Sonora-Arizona. Que también se convirtió en libro: Historia de una Indocumentada travesía en el desierto de Sonora-Arizona.
Finalizada esta serie sentí la necesidad de continuar escarbando en mi vena, mi caos y mi experiencia migrante y contarle al mundo lo que en mi desastre fue la Post Frontera, que dividí en dos partes: país de llegada y país de residencia. En el camino me encontré con que mi experiencia personal también es colectiva porque pocos han quedado exentos de la nostalgia, el desconcierto, la desilusión y el agobio de luchar todos los días en las sombras de la indocumentación, el racismo y la discriminación. Post Frontera es la serie que viajó prácticamente por los cinco continentes sin que yo pudiera hacer nada más que ver mis letras -que son mi sangre hirviente- tocar corazones de personas que nunca conoceré y que se sintieron identificadas e interpretadas por mi experiencia personal.
La escribí prácticamente a diario, a las cuatro de la mañana ya estaba sentada frente al computador escribiendo y antes de irme a trabajar publicaba un capítulo, hasta llegar al 47 que es el último. Tenía tres horas cada mañana para dedicárselas a la serie que se convirtió durante esos tres meses, en mi desayuno, almuerzo y cena, porque hasta se me olvidó comer mientras nacían a bortones las palabras que sin yo saberlo ser convertirían en un libro.
Qué sucede después de la frontera, cómo se secan las heridas que han quedado vivas, qué se hace con el estigma, la depresión, la desesperanza y el constante abrumador de sentirse a la deriva. Qué se hace con el rechazo hacia el país de llegada, por qué no retornar al propio, por qué las lágrimas no son suficientes, por qué los vicios y las adicciones que nacen en quienes emigran, por qué las remesas se convierten en el único canal de comunicación estable en quienes se quedaron y los que se fueron. Por qué las remesas reemplazan lo esencial. Porque al amor que lo es todo se le falta el respeto.
En qué momento se realiza el salto entre el país de llegada y el de residencia. Porque es una decisión que se toma, no es circunstancial, se decide enfrentar la realidad cueste lo que cueste. Eso sucedió conmigo y el abismo que decidí saltar fue el del idioma inglés, fue el final del país de llegada y se convirtió en el inicio del país de residencia. Decidí saltar la última frontera.
Es una publicación de autor, la realicé en Amazon.com, ¿por qué? Y aquí entra una realidad que no necesita de drama ni de victimización porque de por sí es implacable y es necesario hablar de esto como denuncia a lo que nos sucede a los migrantes indocumentados en cualquier proyecto que deseamos emprender, todas las puertas nos las cierran en las narices por nuestra condición de parias. ¿Cómo y por qué confiar en el manuscrito de una indocumentada? ¿Para qué publicar el manuscrito de una emigrada que ni educación superior tiene? No pertenece al medio, no es escritora, no tiene conocimientos en lengua y literatura. ¿Qué ganancia obtendría una editorial publicando a una limpiadora de casas y mil oficios en Estados Unidos? ¿Por qué una editorial guatemalteca habría de publicar a una de las que se fue? ¿A una proletaria? Más bien se ganarían un desprestigio, caer tan bajo como para publicar manuscritos de una limpia baños.
Aprendí a leer y a escribir y eso significa todo en mi vida. Y digo y repito que limpio baños porque eso es lo que me da de comer y con eso pago el alquiler del apartamento en donde vivo, y porque no se puede ni se debe denigrar a ninguna persona por el trabajo que realiza, limpiar baños es un trabajo digno como cualquier otro, y pongo el pecho por todas las niñas, adolescentes y mujeres que se ganan la vida limpiando baños.
Por eso lo recalco y por eso insisto en lo que soy, porque soy pueblo, soy migración indocumentada, soy el caos de la imposibilidad, y soy remesas, adicciones, y cuestionamientos y soy por supuesto la Post Frontera indocumentada.
En este libro yo retorno a mi infancia y escarbo en lo que duele y en lo que ya se curó, en los vacíos existenciales y en el vaivén de la migración. Digo que este libro es mi obra maestra porque ahí resumo mi vida entera con todos sus demonios y sus fantasmas y también en el país de residencia logro vencer mi victimización y me arranco la piel a tirones y me encuentro con la carne viva, y lamo la sangre como felina herida y veo en el reflejo del espejo lo que verdaderamente soy y lo acepto con entereza de quererme y respetarme caos. Vorágine y sosiego, en instantes serena y en otros trastorno. Es mi esencia y la hago soberana. Libre de mí y de las ataduras emocionales.
Eso es la Post Frontera en mi carne, en mi vena, en mi desarraigo y en mi decisión de disfrutar con la pasión que soy, la intensidad de cada momento sea de luz o de oscuridad.
Post Frontera es mi aporte a la colectividad de la migración indocumentada, es mi voz en el silencio de millones, es el murmuro entre el bullicio del desencanto y es mi logro entre el estigma de ser paria, invisible y discriminada. Es la parcela de mis amores, donde en el país de residencia, anidan mis raíces campesinas y florecen las buganvilias, los claveles rojos y el fulgor de una luciérnaga atemporal hace florecer los gladiolos en invierno. El libro está disponible en versión papel y electrónica, en Amazon.com, Barnes & Noble y en Creatspace.com
Soy Ilka Ibonette Oliva Corado, nací en Comapa, Jutiapa, Guatemala, crecí en Ciudad Peronia y soy Post Frontera. Una inmigrante indocumentada con maestría en discriminación y racismo.
Ilka Oliva Corado.
Octubre 19 de 2014.
Estados Unidos.
 

2 comentarios

  1. MIS FELICITACIONES, ILKA, POR SABER PLASMAR CON TU PLUMA TODAS LAS VIVENCIAS QUE TE HAN HECHO LA ILKA DE HOY, MADURA Y DUEÑA DE SI MISMA. EMPIEZO A BUSCAR TUS LIBROS…

  2. ¡¡¡BRAVO!!! Sos Ilka Ibonettte Oliva Corado, sos como tu luciernaga atemporal que hace florecer los gladiolos en invierno. Sos la jutiapaneca de Comapa que brilla con luz propia donde estes. A veces, como dicen algunos viejos: «nadie es profeta en su propia tierra» pero tene por seguro, que tu voz y experiencia, llega a muchos que viven tus angustias y sueños y/o otros que aprecian tu voz o tu palabra, atravez de la lectura. Gracias morena, por dejarnos apreciar la belleza por dentro y fuera tuyo.

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