Happy labor day.

Para los indocumentados los días feriados son como cualquier otro día, no nos los dan y tampoco nos lo pagan doble como dicta la ley. Para los indocumentados todos los días son iguales, en su mayoría de tres turnos, lo mismo da que amanezca lunes, jueves o domingo, la rutina es la misma.
Es los días feriados es cuando más se trabaja porque hay que sacar el turno de los que sí tienen documentos y prestaciones laborales, tocan turnos extras y además la rutina es doble, todo por el mismo pago y cuidadito de objetar porque el despido es lo que está a la vista, son cientos haciendo cola para optar por ese trabajo y están dispuestos a hacer el doble por menos salario.
Los días feriados pasan indiferentes ante el cansancio del jornalero que, ahí está bajo el sol el albañil que carga ladrillos en la espalda, la mujer que empaca zapatos en la fábrica, el adolescente que limpia inodoros en un centro comercial. Ahí está la parvada cortando la grama en los jardines de los rascacielos. Limpiando las piscinas donde más tarde nadarán los patrones.
Con el peso de los días y de los tres turnos van los obreros a cargar costales, a descargar contenedores, a destapar tuberías de aguas negras. Van las mujeres a limpiar mansiones, a cuidar niños, a preparar almuerzos, aperitivos y bebidas, a servir a los patrones que organizan reuniones para celebrar el Happy labor day.
En los días feriados el trajín apremia y el estrés se instala en los nervios temblorosos de los indocumentados que, sin derecho a queja ni a exigencias están ahí, siempre como sombra, como objeto, como maquinaria, como estorbo, a la mano para librar las emergencias, para trapear el piso recién mojado con la bebida que derramó el borracho, para limpiar el vómito de la niña rica que se intoxicó con la sobredosis.
Para alistar la tina para la abuela, planchar la camisa del señor, para ir por las cajas de vino, para servir, siempre para servir, para decir sí señor, yes sir. Sí, señora, yes ma´am.
Para decir: no problem I´m here. Para agachar la cara y caminar presuroso ante los ojos el patrón y decir en inglés con acento: my apologies. Para decir: I do. I did. Para ensayar los verbos y los tiempos, para enredarse con las formas gramaticales de otro idioma, para decir al final: sorry I do not Speak English properly. No, no sería así, sería: no Speak English. Para lo que les viene a importar a los empleadores que los indocumentados no hablen bien el inglés, con que sepamos decir sí señor y sí señora les es suficiente, entre más incomunicamos mejor, así la explotación es mayor.
Es la soledad y explotación laboral compartida, es el trajín que no entiende de fronteras, la inmigración que se desborda, la oleada atravesando muros y cañadas, es el agua de los océanos humedeciendo continentes, es el silencio de todos los días, en todos los idiomas, en las noches y sus letargos.
Es este verano que se despide, es el otoño que avisa, es el paso del tiempo que no se detiene, los hijos que crecen, la nostalgia de los recién emigrados, el dolor de los deportados, es la frustración de los que intentaron hacer un nido en otro árbol, es el viento que arrastra las hojas secas, es el frío del invierno que cala en los huesos, en los sueños, en la desesperanza. Es no sentirse, es no respirarse, es el cansancio, es la costumbre a decir yes sir, yes ma´am. Es correr a la cocina para traer el plato de comida caliente y servirlo en la mesa donde esperan los comensales, es no olvidar el puto: well done, que el filet mignon esté well done, es querer que se vayan todos para cerrar las puertas del restaurante y limpiar, contar la mísera propina, repartirla, largarse al pedazo maltrecho que renta, tenderse en la cama dormir y no despertar.
Es saltar de la cama cuando suena la alarma del reloj despertador, salir al trabajo del primer turno a las tres de la madrugada, es terminar la jornada de las once de la noche, es enviar las remesas y quedarse sin nada. Es ver pasar la vida sin poder tocarla, sin poder sentirla, sin poder amarla.
Es ilusionarse porque dicen que la ilusión nos mantiene vivos, es ilusionarse entonces con una reforma migratoria, es confiar en el beneficio de un salario justo, es pensar en que todo cambiará y que de nuevo los seres queridos volverán a encontrarse, es ir a visitar a los difuntos al cementerio para el reencuentro que la distancia postergó, es llorar de amargura, es querer regresar el tiempo. Es la ilusión de un documentos sellado que devuelva la vida, que devuelva la astillada vida, o los chirajos de vida, o lo que se pensó que era la vida. Ilusionarse porque quien no se ilusiona está muerto en vida, hay que ilusionarse entonces porque de otra forma los días pasan, el tiempo apremia, la memoria olvida, el corazón deja de latir. Es que hay que ilusionarse, porque de otra forma todo es rutina, dicen.
Se ilusiona entonces la mujer que todos los días deja a sus hijos en la guardería y se va a trabajar tres turnos, los recoge en la noche, los carga en los hombros cuidadosamente para no despertarlos, los acuesta en la cama, a la mañana siguiente muy temprano antes de que salga el sol nuevamente los entrega en la puerta de la guardería, con el corazón vuelto polvo, hay que ilusionarse porque solo con la ilusión se mantiene la esperanza de que un día podrá disfrutarlos, verlos crecer, compartir más tiempo con ellos. Sí, hay que ilusionarse, dicen.
Es aprender modismos: yeah right. Es olvidar el semáforo y cambiarlo por light. Es intentar conjugar, aprender el uso de pronombres, verbos, es confundirse con el sujeto y predicado, es hablar porque se tiene que hablar aunque se pronuncie mal, aunque se conjugue incorrectamente, es tratar de darse a entender a como de lugar. At the light turn right, in the light. I come yesterday, I came yesterday. I buy yesterday, I bought yesterday. What do you want? Wich one? Es confundir, my country con my homeland, es sentir el contryside y confundirlo con el field, ground y land. Sí, es eso, es sentir y no poder expresar, o expresar incorrectamente, es tener miedo a expresar lo que se siente, es sentirse extranjero, fuera de lugar. Sí, es eso.
Todos los días de todos los meses del año, de todos los años que no tienen tiempo, es lo que dura la ausencia, que no se cuenta con los minutos de un reloj. Que se cuenta en dólares y remesas, que son de color verde. Que pueden viajar y atravesar fronteras. Nosotros no. Los indocumentados del mundo entero no.
Llevo diez años y nueve meses viviendo en Estados Unidos y hoy lunes primero de septiembre de 2014 es la primera vez que me han dado un día feriado, no por conciencia, sino por circunstancias que es tema muy distinto, no sé qué hacer con el día,   el día del trabajo siempre lo he trabajado, es el último día del verano estadounidense, cerrarán las playas,   y las abrirán hasta el siguiente año a inicios de verano. Las actividades al aire libre quedarán para los valientes que disfrutan ahora que ya soplan los vientos de otoño en Chicago, ciudad hermosa.
No sé qué hacer con el día, he estado tan acostumbrada al trajín de los días feriados que, me siento en un limbo. Tal vez me acueste panza arriba a ver películas, tal vez me pase el día escribiendo, tal vez vaya a nadar, o dar una vuelta en bicicleta por la reserva forestal, tal vez vaya a caminar a la orilla del majestuoso lago Michigan. Tal vez y limpie mi chiquero. Tal vez me quite la goma de la emborrachada que me pegué ayer   para despedir agosto, el mes en que han llegado las experiencias, los amores, las alegrías de mi vida. El mes en que nací y con suerte. De este 2014 en que cumplí 35 años, edad   a la que jamás pensé que llegaría. Mes en que dos de mis manuscritos se convirtieron en libros impresos. Sí, de mi vena indocumentada.
Sí, tal vez haga eso, quitarme la goma. Mañana será otro día, tan indocumentada como hoy. No, y no diré ya entonada, Happy labor day, tal vez y lo que diga sea, happy just because. Because we don´t need a special reason to be happy. Life itself is already joy. Yeah, right.
 
Ilka Oliva Corado.
Septiembre 1 de 2014.
Estados Unidos.

5 comentarios

  1. Pingback: Notas de prensa sobre Migraciòn | Notas sobre migracion

  2. Ala pero que bonitos escritos. Nunca habia leído escritos muy, pero muy interesantes, a mi me encanta leer y puedo decir que lo escribes IIKA, es único, original, al buen chapín
    cálida…

  3. Pingback: Happy labor day (por Ilka Oliva Corado) - Resumen Latinoamericano

  4. ¡Qué lindo tu artículo! Me hizo sentir muy profundo. ¿Dónde y cómo se pueden conseguir tus «manuscritos que se convirtieron en libros impresos»? Me encantaría leerlos… así puedo echarme panza arriba de vez en cuando con ellos… porque leer tus crónicas en la computadora no es posible panza arriba… happy (labour) day (o sea que podés quitar el labour y solo dejalo en happy day

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.