Paso prohibido a la migración forzada.

Un país que expulsa. Un tren que mata. Un desierto que evapora. Un río que ahoga. Una muralla que observa el paso prohibido de los atribulados sin documentación. Triste historia de aflicción la migración obligada, hay tanta sangre derramada, nadie se quiere percatar, las vidas doblegadas son miradas muertas que desapareciendo están.
Las bandas que secuestran. Los gobiernos que solapan. El periodismo que disfraza. La frontera es paso prohibido, un agónico suspiro que nadie quiere escuchar. Son los muertos que se van a cavar sus propias fosas, lápidas sin nombre, en un cementerio que no está.
A dónde van los niños a los que se les prohíbe soñar, a dónde las madres que lloran en soledad, a dónde va la semilla que no puede germinar, no tiene tierra fértil, con la raíz expuesta la mata se va, si muere no importa, a nadie interesa un seco zarzal.
Una canción de cuna para la niña que murió, iba con rumbo al norte, la crueldad la transgredió, la violaron siete hombres, la muralla lo observó, en silencio el imperio a otro lado volteó, fueron sus policías, los asesinos con autorización.
Prohibido el paso a los sueños y a cualquier ilusión, emigrar sin documentos es lanzarse al infierno de la vulneración, no queda otra salida que marcharse y arriesgar lo poco que le queda a una vida marchita ya.
Prohibido tocar el agua de los mares europeos los tienen patentados los ladrones más aviesos. Intentarlo es un suicido pero, ¿quién teme morir?, si ahogarse es un alivio, salvarse de un acre subsistir.
Prohibido saltar las vallas de la Europa prepotente no queremos ya más negros que ensucian nuestro continente.
El paso prohibido tiene la emigración forzada, no queremos los delincuentes, ¡a esa gente tan honrada!
Prohibido el paso a quien busca sustento, no queremos más migrantes aunque así sean de honestos, la malicia nos obliga, carecemos de moral, de conciencia y de decencia ellos nos pueden enseñar, nuestra xenofobia no aguantaría tal afrenta, nos quedamos como escoria que no nos avergüenza.
Prohibido el paso a la necesidad, no somos samaritanos, no entendemos de humanidad, la dignidad es nuestra mortificación, qué descaro es el que tiene que nos cuestiona cada acción.
Prohibido el paso a la migración forzada, qué que se queden en su tierra, esas almas desoladas, que se mueran en su suelo, esas manos explotadas, que lloran sus desgracias lejos de nuestras murallas.
Ilka Oliva Corado.
Julio 15 de 2014.
Estados Unidos.

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