La culateada silenciosa.

Recuerdo que hace algunas semanas varios medios de comunicación; oficiales y alternativos denunciaban la forma en que la vicepresidenta de la república tergiversaba las leyes en pro del derecho de la mujer, para atacar a un periodista –con tarima de años- que no era de su agrado y poco faltó para que lo acusara de feminicida. La mujer ésa lo quería ver tragando polvo y comiendo cucarachas en la soledad de una mazmorra podrida. En aquella ocasión afilaron sus plumas columnistas de peso pesado, empezaron a volar penga a diestra y siniestra defendiendo la labor periodística del acusado a pasar por la bascula militar por andar de brincón, bocón y cuestionador.
Vi desfilar desde columnistas de medios oficiales hasta los alternativos. Sé que hay periodistas honestos y honestas que lo hicieron por defender la libertad de expresión ante un gobierno que es ya dictadura, ahí bajita la mano. Pero estos periodistas son contados con los dedos de la mano y todavía me sobran dedos.
Del resto del gremio me quedó la duda que si lo hacía para defender en sí la labor periodística, la libertad de expresión o la cosa era caerle bien al ofendido brincón por aquello de un posible hueso en el futuro.
Digo lo de brincón y bocón porque es que ya me imagino a la excelsa vicepresidenta: “a ese pisado hay que meterle la yuca por andar de brincón y de bocón porque con Baldetti la encalada nadie se mete.”
Aquellas aguas ya se calmaron y la respetable segunda al mando del gobierno de genocidas y Tito Arias retiraron la enyucada. Ahora bien, sucede que un delincuente anexo a la mafia presidencial y con carnet de periodista-reportero de radio Sonora, (otra que pertenece al cartel empresarial-presidencial-criminal, ¿cuál no? ), lanza un puñetazo en el ojo a un reportero que está haciendo su trabajo de la manera más honesta. ¿La razón? Atreverse a preguntar cuestiones que incomodan al respetable señor presidente. Como por ejemplo; cuánto es dos por dos. De qué lado masca la iguana. Cuántos huevos puso la cocha.
Preguntas del calibre: en qué mes florean las jacarandas. Cuál es el ingrediente principal del atol de elote. En qué hipódromo se encuentra el resbaladero gigante del Hipódromo del Norte. Enrique “ Trapo Torrebiarte” es el nombre que lleva el parque Erick Barrondo, antes llamado La Democracia. Preguntas chuchitas pero que para un arrítmico genocida son demasiado difíciles.
Un silencio sepulcral de los medios de comunicación respecto al tema de esta agresión física y verbal con consecuencias de hospitalización para el periodista en manos del criminal. Y aguas que ha de cargar pistola con numeración militar –de esas que no dejan huella- y el puñetazo es un aviso que al próximo que se atreva a preguntar a su amo y señor cualquier cosa que lo incomode ahí mismo sea en Casa Presidencial, el Palacio de la República, Congreso, o en un arriate de cualquier avenida, le pega un plomazo y el silencio sepulcral continuará porque ha sido en legítima defensa del cartel criminal-empresarial-gubernamental. Los medios de comunicación oficiales también enfilan en estas jugosas negociaciones.
El delincuente responde al nombre – o al alias nunca se sabe- de Raúl Morales.
Criminal que debe ser procesado inmediatamente y ser juzgado con el mismo rigor y todo el peso de la ley como está sucediendo con el caso de la encalada a la excelsa vicepresidenta de la república. Vea usted aquellas enfiestadas que con alegría adelantaron el carnaval y por salidas las quieren refundir en el bote, a este criminal lo felicitan sus jefes y lo aplaude la comparsa que encabeza el genocida presidencial. El periodista que hoy será intervenido quirúrgicamente para ver de salvarle el ojo, se llama Pavel Vega.
El patojo es un trabajador como cualquier otro que hace su labor responsablemente. Ahora bien, imagine usted que está en su trabajo y llega un criminal a propinarle un puñetazo en el rostro, así de la nada. Con la furia propia de quien opera en la clandestinidad y solapado por un gobierno manipulador, sobornador e impune.
¿Qué hace usted?, ¿qué haría si ve que hacen esto a un compañero suyo?, ¿a un colega?, ¿A una persona que no conoce siquiera, que nunca ha tratado pero sabe que es honesta y que realiza su trabajo responsablemente?
Lo que ha sucedido con el reportero Pavel Vega es mucho más serio de lo que pasó con el “brincón y bocón”, ¿qué pasa que el gremio no se manifiesta en su defensa? En defensa de la libertad de expresión. Denuncia una agresión de este tamaño.
Bueno pues, medios informativos oficiales y alternativos qué pasa que con el reportero guardan silencio. Qué pasa con el gremio de periodistas que enmudeció. ¿Acaso es más importante un periodista por tener tarima y ser dueño de un informativo escrito que el otro por ser un reportero que empieza a abrirse camino? Me extraña, ¿somos o aparentamos?
Yo: Ilka Oliva Corado. Ciudadana guatemalteca. Denuncio este proceder criminal porque los derechos humanos y la libre emisión del pensamiento deben ser respetados, sin que intervengan poltronas, contactos o tarimas.
No conozco al reportero agredido, ninguna amistad me une con él, ningún tipo de camaradería; pero la injusticia, la impunidad y el descaro deben ser denunciados. Y no lo hago porque él sea reportero o periodista, lo he hecho siempre en defensa de los derechos humanos. Quien me ha leído sabe de sobra quién soy y que mi denuncia es y será siempre en defensa de la justicia y de la equidad. –Lo explico así porque después del aire me salen los cuentazos-.
Esperamos pues que mientras nos hacemos los quites con la culateada silenciosa de esta dictadura, -gracias a quienes querían un genocida de presidente y hoy están recibiendo parejo sin contemplación alguna- tengamos la capacidad moral de no guardar silencio porque eso equivale a solapar.
No esperamos que sigan agrediendo a más campesinos, a más líderes comunitarios, que nos sigan vendiendo la tierra, que aparezcan cuerpos de mujeres víctimas de feminicidio, que alcaldes sigan asesinando o desapareciendo gente que denuncia sus bajezas. No permitamos que esta dictadura nos atemorice a tal grado de no querer salir de nuestras casas ni para ir a comprar el pan. No seamos parte de este juego sucio, no digamos que como no es como nosotros no nos importa. Qué le importe, porque solo importándole podrá ser parte de esta resistencia que se niega a ver a ésta impunidad desfilar en procesión de Semana Santa. No sea cucurucho…
No sea cucurucho quiere decir explicado con plasticina que; no se ponga de alfombra, no ponga sus hombros como soporte, no se vista de doble moral, denuncie desde donde está, con sus recursos, con su humanidad. No tiene que tener un blog o ser periodista y trabajar en un medio, muy bien lo sabe. No busque excusas para solapar… No sea zombi pues, vaya.
Ilka Oliva Corado.
Marzo 11 de 2014.
Estados Unidos.

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